Dicen que el estado natural de todo cofrade es la espera. No en vano, y salvo una semana en el año, los capillitas apuran los días haciendo cuentas sobre lo que resta para reencontrarse con las túnicas y los capirotes por las calles, soñando con una Semana Santa que tal como llega parece irse ante nuestros ojos como si nada. Afortunadamente, cada vez va quedando menos para reencontrarnos con ella, puesto que apenas 17 días será Domingo de Ramos y en solo 15 veremos a los primeros nazarenos por los barrios en esa tarde de Viernes de Dolores a caballo entre lo que ya es y lo que será.
Pero, más allá de ese horizonte próximo, el calendario hoy nos hace un guiño a los más 'fatigas', invitándonos a echar la vista más a largo plazo. Concretamente, a dentro de justo un año, cuando las Vísperas de 2015 sean una realidad y casi acariciemos con la punta de los dedos los días grandes. Porque estamos a apenas 365 días para inaugurar 'oficiosamente' (aunque cada año se hace de manera más oficial) una nueva Semana Santa, un detalle que hará que muchos esbocen una sonrisilla al recordarlo, puesto que, como si de una oferta se tratase, casi se podría decir que podremos vivir dos veces nuestra Fiesta Mayor en apenas un año. Al menos, así lo dictaminan las matemáticas y sus cálculos.
Por tanto, hoy podría decirse que arranca otra espera, la que nos llevará de la mano a ese 29 de marzo de 2015 que se vestirá de Domingo de Ramos. Antes, en poco más de dos semanas, viviremos el de 2014, arrancando de su mano una Semana Santa en la que esperamos resarcirnos de los malos ratos que las nubes nos provocaron en las tres anteriores. Dos esperas por el precio de una. Una cada vez más corta. La otra, digna de irse armando de paciencia para irla consumiendo según se multiplica nuestra ilusión. Es el sino de cualquier cofrade, que vive sumido en una continua cuenta atrás que da sentido a esta forma de vida que no todos entienden.
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