La segunda semana de la Cuaresma de 2014 empezó ayer como mandan los cánones, con un lunes esplendoroso y en el que Sevilla se echó a la calle para no perderse detalle del Vía Crucis del Consejo, presidido en esta ocasión por el Señor de la Expiración de El Museo. Esta vez no hubo que mirar al cielo ni estar pendiente de las nubes, ya que ni el sol quiso perderse el itinerario de ida a la Catedral, que se llevó a cabo en loor de multitudes. Y es que no cabía un alfiler en el centro en la tarde de este lunes que, por momentos, se fue ganando el apellido 'Santo'.
Porque aunque faltaban las túnicas y los capirotes, el aire rezumaba aroma de incienso y azahar, agasajando a una bulla que vio cómo con puntualidad inglesa, a las 20.30 horas, la Catedral recibía su primera gran visita cofrade del año. Además, la Seo se convirtió en el escenario del recogimiento del acto propiamente dicho, que desgranó sus 14 estaciones con la solemnidad que le caracteriza. Fue solo el paso previo a un regreso a casa diferente, donde el Señor de la Expiración conoció las calles del Arenal, evocando a su vez cómo el Gran Poder busca San Lorenzo cada Madrugá.
Con todo ello, El Museo no solo anunció a Sevilla que la Cuaresma sigue su curso, sino que también celebró por todo lo alto su Año Jubilar, al tiempo que puso en valor la imagen de su serpenteante Cristo, al que muchos volvieron a redescubrir al verlo más cerca que nunca. Es la magia del primer lunes de este ciclo que nos separa poco más de un mes de los días grandes. Aunque el de ayer ya lo fue, desbordando el corazón de una ciudad que ya late por y para su Semana Santa, esa que por momentos se sintió en sus calles como si ya estuviera aquí gracias al Señor de la Expiración.
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