jueves, 10 de abril de 2014

Con todo a favor

En 48 horas tendremos por las calles a los primeros nazarenos de este 2014 y, como es tradición en los días previos a ese momento, todo el mundo mira al cielo. No en vano, llevamos tres años consecutivos en los que los cabildos y decisiones de juntas de gobierno han acaparado mucho más la atención que las propias cofradías en la calle, puesto que el agua decidió hacer de las suyas. Por ello, deseamos con todas nuestras fuerzas que a partir del Viernes de Dolores el tiempo nos dé una alegría y podamos resarcirnos de tantísimos sobresaltos pasados. Y parece que, a priori, va a ser así.

Sobre todo porque los buenos pronósticos que ya conocíamos de la semana anterior (recuérdalos aquí) se confirman e incluso mejoran, invitándonos a pensar que esta vez sí que será la buena. De hecho, se descarta que pueda haber precipitaciones el Viernes de Dolores, el Sábado de Pasión, el Domingo de Ramos y el Lunes Santo, jornadas en las que predominarán los cielos despejados aunque haya tramos horarios en los que las nubes, siempre altas, hagan acto de presencia. El Martes Santo no se descarta que pudiese haber algún chubasco débil y aislado que, en cualquier caso, haría su aparición a última hora de la noche. Casi el mismo modelo se contempla para el Miércoles Santo, cuando la lluvia podría dejarse notar algo más pero siempre sin que deba constituir una amenaza preocupante. Tanto es así que el Jueves Santo amanecerá despejado y permanecerá con el sol brillando en un cielo límpio hasta que la luna tome su relevo.

Sea como fuere, y teniendo en cuenta que según nos alejemos en el tiempo los pronósticos se vuelven mucho más inexactos, el Viernes Santo y el Sábado Santo estarán, en principio, marcados por la inestabilidad, sobre todo este último que es, al menos de momento, el día en el que se estima que podría haber una mayor cuantía de precipitaciones. No obstante, en ninguno de los dos casos se descarta que las nubes pudiesen pasar de largo o asistir como meras espectadoras a lo que sucederá por las calles de la ciudad. Y, finalmente, el Domingo de Resurrección se prevé despejado, con lo que el broche de oro de nuestra Semana Santa podría desarrollarse sin problemas.

Con todo ello, y a pesar de que en la recta final de los días grandes todavía haya cierta incertidumbre, se podría decir que, a grandes rasgos, la mateorología va a ser propicia para nuestras hermandades. Es más, a lo largo de las últimas jornadas hemos visto cómo los pronósticos de posibles lluvias se iban retrasando cada vez más, por lo que habría motivos para soñar con una Semana Santa completa como la de 2009. Para ello, habrá que esperar a ver qué dictaminan las nubes, aunque por ganas e ilusión no va a quedar. Solo resta que desde ahí arriba decidan que, después de tantos problemas y sinsabores, ha llegado la hora de darnos una tregua.

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