jueves, 24 de abril de 2014

Detalles Semana Santa 2014 (III): Como en casa

Una de las imágenes más singulares que nos ha regalado esta Semana Santa tuvo lugar el Domingo de Ramos. No en vano, esa jornada vio cómo salía de la iglesia de Santiago la hermandad de San Roque, que se ha visto obligada a dejar su templo debido al pésimo estado de conservación en el que se encontraba. Por este motivo, y teniendo en cuenta que hablamos de una estampa que no se había dado desde la posguerra, no fueron pocos los que encaminaron sus pasos a la plaza de Jesús de la Redención para no perder detalle de este momento histórico y, a tenor de los plazos de las obras que se están llevando ya a cabo en la iglesia de la plaza Carmen Benítez, difícilmente repetible.

Y quienes allí estuvieron disfrutaron de lo lindo, hasta el punto de que ni el sol quiso perderse ese momento en el que nazarenos de capa con antifaces morados y verdes de terciopelo se pusieron rumbo a la Catedral acompañando al Señor de las Penas y la Virgen de Gracia y Esperanza. Eso en el exterior del templo, porque dentro de él se desafió a la geometría, aprovechando al máximo el reducido espacio que quedaba por los cuatro pasos (los dos de La Redención y los de San Roque) para formar los tramos, colaborando así en que todo saliera a pedir de boca, dando lugar a uno de esos instantes únicos de los que de cuando en cuando nos regala la Semana Santa.

Más tarde, cuando ya era noche cerrada, también fue digno de mención el esfuerzo llevado a cabo por todo el cortejo de San Roque, que intentó llegar, siempre sin perder las formas, con el mayor adelanto posible a Santiago, facilitando con ello que el templo quedase expedito lo antes posible para que la empresa de limpieza que tenían contratada para limpiarlo pudiese realizar su trabajo con la mayor celeridad, a fin de que todo estuviese impecable para la salida al día siguiente de La Redención. En definitiva, una salida procesional que marcó el Domingo de Ramos y que nos dejó momentos irrepetibles, como ver al Señor de las Penas y la Virgen de Gracia y Esperanza sobre el empedrado de la antigua plaza de López Pintado. Un momento que, a priori, debe ser puntual, sin continuidad en 2015, cuando, ojalá sea así de una vez por todas, La Exaltación viva lo mismo en su despedida de un templo de Los Terceros en el que, como San Roque en Santiago, también se siente como en casa.

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