martes, 22 de abril de 2014

Detalles Semana Santa 2014 (I): Un pleno que se resiste

A nadie le cabe la menor duda de que esta Semana Santa de 2014 nos ha servido para quitarnos el mal sabor de boca que nos dejaron las tres anteriores. De hecho, más allá de algún chispeo aislado y un calor sofocante, todo se fue desarrollando con total normalidad desde las Vísperas, haciéndonos soñar con un pleno de cofradías en la calle del que no disfrutamos desde 2009. Es más, ajustándonos totalmente a la estadística estábamos en condiciones de vivir los días grandes con un mayor número de hermandades penitenciales completando su estación de penitencia, toda vez que la última vez que lo hicieron todas había dos menos, San José Obrero y Pasión y Muerte.

Y, al final, lo cierto es que logramos ese objetivo, aunque con un registro que podría superarse, ojalá, en 2015. No en vano, La Resurrección, pese a desafiar a la lluvia y salir, no pudo completar todo su recorrido, dejándonos con un sabor agridulce en los labios. En este sentido, desde la corporación de Santa Marina se defiende que los pronósticos cambiaron cuando la cofradía ya tenía su cuerpo de nazarenos de Cristo en la calle, viendo cómo el porcentaje de agua subía del 30 al 80 casi por arte de magia, pero siempre sin que las precipitaciones fuesen a ser demasiado intensas. Por ello, la cofradía lasaliana dio el paso adelante hasta que el desarrollo de los acontecimientos y la fuerza del líquido elemento la obligaron a volver a casa a toda prisa.

De este modo, se nos escapaba un pleno que, por momentos, acariciábamos con la punta de los dedos, emulando a los de 2001 y 2009, únicos que han tenido lugar en la vieja Híspalis en este siglo XXI. Hay quien dice que si no ha sido ahora, con una Semana Santa de temperaturas veraniegas, en la que el sol ha causado muchísimos estragos y durante la que incluso hemos recuperado jornadas como el Martes Santo o el Viernes Santo, no será nunca. No obstante, soñar es gratis y ganas de mejorar el registro de este 2014 sobran. Incluso, lo principal es que después de tres años para olvidar por fin nos hemos reencontrado con la mejor versión de los días grandes, en los que de una vez por todas hemos estado pendientes no de cabildos y pronósticos, sino de dónde ver a cada hermandad. Un precedente que esperamos que se repita a partir del 27 de marzo de 2015, cuando los capirotes y las túnicas vuelvan a hacerse con la ciudad. Porque sí, lo que hemos vivido ha sido buenísimo, aunque hay que ser ambiciosos y todavía se puede mejorar.

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