viernes, 11 de abril de 2014

¿Quién dice que no es ya Semana Santa?

Hoy las cuentas resultan engañosas. Para los puristas aún restan dos jornadas para hablar de una Semana Santa, pero los nazarenos y los barrios se encargarán de anunciar a los cuatro vientos todo lo contrario. Es la magia de un Viernes de Dolores que cada año que pasa está más asentado entre los cofrades hispalenses y que poco a poco va creciendo, regalándonos la ilusión de lo que está todavía por venir antes de que oficialmente llegue. No en vano, las Vísperas, incluso a ojos del Consejo, ya son una parte más de esta fiesta que a lo largo de esta tarde dará, nunca mejor dicho, sus primeros pasos.

De hecho, las primeras túnicas y capirotes podrán verse en Padre Pío-Palmete. Allí, los vecinos de este punto de la ciudad se echarán a la calle para acompañar en masa tanto al Nazareno de la Salud y Clemencia como a la Virgen de la Divina Gracia, destilando puro sabor a barrio y recordando estampas propias de otros tiempos en nuestra Semana Santa. También será día grande en Pino Montano, donde los naranjos acogerán sin reparos al olivo que da sombra al Señor de Nazareth, convirtiéndose en ese Getsemaní hispalense en el que Jesús es prendido, provocando las lágrimas de su Madre del Amor.

Algo parecido ocurrirá en Bellavista, donde hasta tres días se darán la mano en una sola hermandad. De hecho, el Lunes Santo y el Miércoles Santo se harán presentes en el misterio del Cautivo de la Salud y Remedios, con sones de Redención y viendo cómo el Hijo de Dios cae preso. Detrás, retazos de Martes Santo en la advocación de la Dolorosa del Dulce Nombre, que regalará diálogos entre varales y bambalinas a quien la vea. Mientras, cada centímetro de Heliópolis se convertirá en Vía Dolorosa, en calle de la Amargura en la que se encontrarán y compartirán penas el Señor de la Misión y la Virgen del Amparo, entre filas de nazarenos claretianos con una importante representación de la savia nueva de esta fiesta.

Más tarde, el clasicismo desafiará al propio tiempo junto al Cristo de la Corona, en el que se entremezclan a la perfección la historia de la talla e incluso del ruán morado que tiñe su cortejo con la corta historia de esta corporación que cada vez parece más asentada en el Viernes de Dolores. Igual sucederá en Triana, al abrigo del silencio que provoca a su paso el Señor de Pasión y Muerte, único capaz de hacer que uno de los puntos más bulliciosos de Sevilla se replantee sus propias formas y principios, aceptando sin problemas las condiciones que plantea el negro y el esparto.

De igual modo, aunque sin capirotes de por medio, será la tarde de la ilusión en el Polígono Sur, que reivindicará sus señas de identidad junto a la agrupación parroquial de Bendición y Esperanza, que crece a pasos agigantados demostrando que, incluso en las zonas más deprimidas de la vieja Híspalis, la fe sigue moviendo montañas. Asimismo, viviremos el regreso a las calles sobre un paso del Cautivo de Santa María de las Flores, que saldrá de manera extraordinaria, recordando a buen seguro su pasado como titular de La Bofetá y pensando en que ojalá esta iniciativa que empezó hace unos años con un Vía Crucis no caiga en saco roto.

Habrá también ración de 'Ilegales' por partida doble. Primero, en Pío XII, con ese Nazareno que llora pese a que cada año va a más el cariño de los suyos y al que todo el mundo conoce como el de Las Lágrimas. Por su parte, San Pablo seguirá preparándose para los días grandes con sones trianeros, regalados por San Juan Evangelista, tras el Crucificado de la Humillación, que volverá a evocar el origen de esta fiesta con su tradicional visita al Templete de la Cruz del Campo, que se convertirá para Él en la mejor Catedral posible.

Y como no solo de procesiones vive el cofrade, no faltarán los Vía Crucis. Como el del Cautivo de El Juncal, de nuevo sobre el paso de la titular letífica y Patrona del barrio. O el del Señor de la Sed en Nervión, recordando que hace algunas décadas el Viernes de Dolores era el día más grande del calendario de esta collación. No en vano, a pocos metros de allí también será portado en andas el Crucificado del Perdón, mientras que la zona de San Lorenzo recibirá el regalo de la solemnidad y el sabor añejo del que protagonizará el Señor de la Vera+Cruz. En definitiva, un programa de lo más completo que hace que muchos nos preguntemos: ¿quién dice que no es ya Semana Santa?

No hay comentarios:

Publicar un comentario