100.000 gracias

Aunque estamos a las puertas de una recta final de semana y de mes que, a priori, debe ser inolvidable, hoy en esta humilde bitácora nos vemos obligados a hacer un pequeño parón para dar las gracias. No en vano, este jueves 29 de mayo de 2014 pasará a la historia de nuestro blog, puesto que quienes lo componemos siempre recordaremos que fue el día en el que superamos las 100.000 visualizaciones. Una cifra redonda y a la que nos ha costado alcanzar cuatro años y tres meses (con 1444 actualizaciones por el camino), pero que nos llena de felicidad, ya que aunque los números siempre resultan fríos reflejan que nuestro trabajo ha sido capaz de traspasar la pantalla y haber llegado al otro lado en algún momento que otro.

Por tanto, el hecho de que a partir de ahora usemos seis cifras en nuestro contador nos colma de orgullo, al tiempo que sirve de acicate para continuar en la misma línea o, incluso, dar un poquito más de nosotros cada jornada, sin faltar jamás (salvo en ese mes de agosto en el que la ciudad se sume en su particular letargo y nos vamos de vacaciones) a nuestra cita diaria con la información-opinión cofrade. De hecho, ese era nuestro principal objetivo cuando empezamos, allá por el 17 de febrero de 2010, algo que no ha cambiado y permanece indeleble por más que pase el tiempo y varíen cosas. 

Pero para dar sentido a todo lo que hacemos, seguiremos necesitando que quienes estáis al otro lado y en algún momento os asomáis a esta humilde bitácora sigáis haciéndolo. A todos os debemos cada pequeño hito que alcanza el blog y jamás tendremos palabras suficientes como para agradeceros que esteis ahí. Por eso, tanto a los habituales, como a los que pasan por aquí de vez en cuando o incluso lo hicieron una vez: Gracias. Tantas como las 100.000 visitas que hemos superado hasta ahora multiplicadas por cada una de las que vendrán después. Esta pequeña casa hermandad cibernética seguirá abriendo sus puertas a diario mientras queráis compartir un ratito con nosotros. Intentaremos estar a la altura de vuestras expectativas, ya que el camino se hace andando y aún resta muchísimo recorrido por delante. Aunque, mientras avanzamos, nunca está demás parar un momento, mirarlo todo en perspectiva y resaltar que por muchos pasos que se den ninguno tiene importancia si no hay alguien que les dé sentido. No olvidéis que vuestra compañía es nuestro mejor premio. Por ello, muchísimas gracias por estar al otro lado.