Oleada de dimisiones

Pese a que los políticos, sobre todo los que ostentan cargos públicos, piensen lo contrario, en nuestro país no está ni mucho menos prohibido dimitir. De hecho, el mundo de las hermandades y cofradías de Sevilla ha dado buenas muestras de ello durante los últimos tiempos, puesto que desde que finalizó la Semana Santa se han producido ya la friolera de cinco dimisiones. En este sentido, ya hablamos hace unos días de la del consiliario de La Macarena Antonio del Pino, que abandonó la junta de gobierno de la corporación del Arco debido a la polémica suscitada por los cinco euros que se debían abonar, ya fuese voluntaria u obligatoriamente, para asistir al pontifical que se realizará en la Plaza de España (recuérdalo aquí). Pero no ha sido la única.

Es más, antes incluso de ésta se produjo la de Paco Reguera al frente del paso de la Virgen del Rosario de Montesión. Una noticia que no sorprendió demasiado, ya que en los últimos tiempos eran muchas las voces que hablaban de tensiones en la cuadrilla, al tiempo que la salud del propio capataz, debido a su edad, se había resentido un poco. Por ello, la junta de gobierno de la corporación del Jueves Santo no ha puesto ninguna pega a esta decisión, iniciando desde ya las gestiones pertinentes para encontrar su relevo, intentando que, de paso, ponga fin a un ciclo de tiempos convulsos bajo las trabajaderas de los pasos de esta cofradía.

Igualmente, se ha producido una estampida en la priostía de Pasión, de donde han salido sus tres responsables: Pablo García, Juan Miguel Pereda y Alberto Pérez. Este hecho, del que aún se desconocen las causas, ha provocado que el hermano mayor, Javier Criado, haya tenido que empezar a buscar recambios para esta parcela, puesto que ahora mismo la cofradía no cuenta con ningún responsable específico para la preparación de los cultos y la conservación de imágenes y enseres. En cualquier caso, se espera que no haya problemas para resolver cuanto antes esta situación que, en contra de lo que parece pensar nuestra clase política, dimitir no está prohibido.