jueves, 22 de mayo de 2014

¿Y si hubiese sido otra?

Casi nada. Apenas 48 horas, o lo que es lo mismo, dos días nos separan del inicio de la que podríamos llamar la salida extraordinaria más importante de los últimos tiempos en Sevilla, la que protagonizará la Virgen de la Macarena con motivo del L Aniversario de su Coronación Canónica. De hecho, todo lo relativo a su organización se ha encargado de realzar la magnificencia de esta efeméride, que también servirá para cerrar por todo lo alto el Año Jubilar que se está viviendo junto al Arco desde junio de 2013. Las cifras marean, tanto por el número de horas en la calle, las dimensiones del altar que se dispondrá para el pontifical en la Plaza de España, la cantidad de costaleros y cuadrillas que se utilizarán en los diversos traslados, de músicos que compondrán una suerte de sinfónica única e irrepetible, así como también por detalles como la colocación de una alfombra hecha con sal de Sanlúcar o que hermandades como la del Rosario de San Julián o la Hiniesta Gloriosa vayan a acercar a su titular a las puertas de su templo para que se vea cara a cara con la 'Reina de San Gil'.

No en vano, hablamos de una fecha histórica y que, para qué engañarnos, la propia corporación va a utilizar para sacarse una espinita que tiene clavada en su pecho desde 1964, cuando la lluvia deslució los planes originales. Sin embargo, todo este despliegue también ha deparado numerosas críticas en la ciudad, puesto que no son pocos los que creen que resulta desproporcionado, por no hablar de que si fuese otra imagen la protagonista desde Palacio habrían colocado en el camino muchos más obstáculos. Y es que ejemplos hay de sobra como para apoyar esta teoría, hasta el punto de que, sin necesidad de remontarse mucho tiempo atrás, hemos visto a cofradías quedarse sin extraordinaria pese a cumplir medio milenio de vida o suspenderse Vía Crucis para pedir la intercesión divina en la búsqueda de trabajo en barrios donde la crisis causaba estragos. Cierto es que estos casos tuvieron lugar antes de aquel Vía Crucis Magno de 2013 que parece haber cambiado la dinámica, teniendo como primeras beneficiadas a la Virgen de la Victoria de Las Cigarreras y la de las Angustias de Los Gitanos, que visitaron la Catedral fuera de fecha, o incluso la de la Paz, que en unos meses visitará la Plaza de América.

Pero, pese a este carácter aperturista que ahora muestra el Arzobispado, a nadie se le escapa que una conmemoración como la de La Macarena sería imposible en otra. Ya no solo porque hablemos de una de las hermandades con mayor devoción y poderío de la ciudad, sino porque por el mismo motivo desde Virgen de los Reyes se le permite hacer casi lo que quiera. Es más, incluso la propia Híspalis acepta de buen grado casi cualquier decisión, aunque depare agravios comparativos claros y meridianos. ¿Se imaginan, por ejemplo, a La Hiniesta Gloriosa haciendo lo mismo? ¿O incluso a la propia Virgen de los Reyes? Por no hablar de otras imágenes que no ostentan patronazgos en la ciudad...

Porque todos sabemos desde tiempos inmemoriales que en Sevilla existen, utilizando el símil futbolístico, hermandades de Champions, Primera, Segunda y hasta Regional Preferente, una diferenciación que se hace mucho más presente si cabe en situaciones como esta. Y no se trata de sancionar porque sí a La Macarena por tomar las decisiones que ha tomado (aunque cada uno tiene su propio criterio sobre el programa de festejos dispuesto), sino a aquellos que acceden a todo mientras que no paran de poner cortapisas a las demás. Porque después queda muy bonito de cara a la galería eso de que "todos somos iglesia y contamos de la misma manera", aunque pierda parte de su sentido al no predicar con el ejemplo. Y es que, visto lo visto, y pese al cambio aperturista que se ha visto desde Palacio, no cabe preguntarse si otra podría hacer lo mismo que La Macarena, porque, al menos de momento, no cabe esa opción.

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