domingo, 4 de abril de 2010

De vuelta a la espera

Qué injusto es Cronos con nosotros. Con la de tiempo que nos llevamos esperando una Semana Santa y lo corta que se nos hace cuando pasa por delante de nuestros ojos. Hoy, despertaremos con los últimos compases de túnicas y capirotes gracias a los blancos nazarenos lasalianos de La Resurrección. Ellos serán los últimos que pasarán por una Campana que ya estará desmantelada, pero que volverá a llenarse de gente para ver el paso que da sentido a esta fiesta, el del Señor Resucitado. Después, hacia las dos y media de la tarde, los sones de Amargura acompañarán la entrada de una Virgen de la Aurora que, a buen seguro, se le escapará alguna lágrima al ver que todo se acaba.

Después, a partir de las 16.00 horas, aunque ya sin túnicas ni capirotes, la hermandad de San Pablo regresará desde El Salvador hasta su templo, tras un obligado exilio que empezó, por mor de la lluvia, el pasado Lunes Santo. Lo hará regalando sones cofrades al paso del misterio del Señor Cautivo y Rescatado, así como embriagando con el verde de la mirada de la Virgen del Rosario. Serán los últimos compases de una Semana Santa que, definitivamente, se nos escapa entre las manos, devolviéndonos al estado normal de todo cofrade, la espera. La misma que nos acompaña durante todo el año a excepción de una semana y que en esta ocasión estará junto a nosotros más de lo normal, puesto que el próximo Domingo de Ramos de 2011 será el 17 de abril. Es decir, que nos quedarán más de 365 días para una nueva Semana Santa. Así pues, tendremos por delante un largo camino hasta que el incienso vuelva a mezclarse con el azahar, para que las saetas y marchas sean la banda sonora de la ciudad, para que un programa de mano nos organice la vida...

La nostalgia vino un año más para quedarse, para invitarnos de nuevo a ver DVDs y videos que nos hagan más llevadera una vuelta a la normalidad que, a pesar de haberla vivido muchas veces, nunca la aceptamos de buen grado. Quedarán por delante procesiones extraordinarias que nos permitan respirar un ambiente cofrade que no disfrutaremos de la misma manera, porque no será igual. Y es que a la Semana Santa de 2010, en apenas unas horas, no le veremos ya siquiera sus candelabros de cola. Al menos, quedará el consuelo de pensar que ya queda menos para un nuevo Domingo de Ramos.

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