martes, 6 de abril de 2010

Detalles Semana Santa 2010 (I): Maldita lluvia

Con la de agua que cayó en Cuaresma, casi nadie pensaba que el agua nos fuera a dejar tranquilos durante la Semana Santa. Sin embargo, durante las jornadas previas a los días grandes, los pronósticos meteorológicos nos anunciaban que habían muchas posibilidades de que pudieramos disfrutar de un nuevo pleno, que sólo el Lunes Santo podría tener algo de lluvia, pero sólo de manera débil y dispersa. Era casi la confirmación de las cabañuelas, pero ambas se equivocaron.

Fueron sólo dos aguaceros los que se produjeron durante la jornada, pero que fueron mucho más que un simple chispeo y que mojaron a todas y cada una de las hermandades que salieron. De hecho, sólo san Gonzalo y Santa Marta, que se quedaron en sus respectivos templos, quedaron intactas. Santa Genoveva y San Pablo sufrieron en sus carnes el chaparrón de las 14.30 horas, que provocó que la corporación del Tiro de Línea decidiese regresar a casa entre un mar de lágrimas y paraguas, así como a la del Polígono a caminar a toda prisa a El Salvador, habida cuenta de que sus pasos no cabian ni en San Benito (se llegó a hacer una medición in situ para ver si podrían entrar o no) ni en San Esteban. La lluvia duró una hora, de la que sólo unos 30 minutos se desarrollaron con nazarenos en la calle, pero dieron para un sinfin de imágenes y sonidos dramáticos que cada año los cofrades deseamos con todas nuestras fuerzas que no vuelvan a repetirse.

Después, cuando la jornada parecía arreglada, hacia las 22.30 horas, las nubes volvieron a llorar sobre Sevilla. Como resultado, el misterio de El Beso de Judas entró a prisa y corriendo bajo un intenso aguacero, mientras la Vera+Cruz dudaba si recortar por La Campana para regresar a casa o si, como finalmente hizo, avanzar a paso de mudá hacia allí. Por su parte, la Catedral se convirtió en refugio improvisado para Las Penas, Las Aguas y El Museo, que compartieron en sus naves momentos de nerviosismo e incertidumbre, la de unos 45 minutos de lluvia que estuvieron a punto de liquidar el Lunes Santo.

Sin embargo, San Pedro se apiadó de nosotros y 'cerró el grifo', permitiendo que todo regresase a la normalidad. Así, la Virgen del Rocío se recreó en su entrada en la iglesia de Santiago y la Vera+Cruz pudo volver como siempre a su capilla. Mientras, Las Penas regresaba a San Vicente por la puerta de Palos y pasando, por primera vez en su historia, por el andén del Ayuntamiento, por donde minutos después también estuvo El Museo, que, al igual que Las Aguas, abandonó el templo metropolitano por la puerta de San Miguel. 

Fue el epílogo de una jornada que no sólo tuvo sobresaltos por el agua, ya que un auxiliar del misterio de Las Aguas sufrió un desvanecimiento, la Virgen de las Tristezas vio como sus manos sufrían un leve desprendimiento tras una levantá y la maza de un bombo de la agrupación de La Redención impactó en el cristal de un escaparate de la calle Sierpes. Todo para completar un día marcado por la lluvia y que nos dejó incompleta la Semana Santa de 2010, volviendo a enemistarnos, como siempre, con el agua en los días grandes. Y es que, durante ellos, todo es bien recibido en Sevilla, salvo los frentes y las borrascas.

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