Quienes no conocen desde dentro la Semana Santa suelen decir que es igual cada año, que nunca cambia. Sin embargo, se equivocan. De hecho, nadie llega a los días grandes de la misma manera, ni los vive con igual intensidad de un año a otro. Por no hablar de las modificaciones de exornos florales, recorridos, horarios y estrenos. Precisamente de este último apartado ha habido varias muestras en 2010. Por ejemplo, ayer hablaba del más importante de todos: la primera estación de penitencia de El Sol en la Catedral. Pero también vivimos el Sábado de Pasión la puesta de largo del misterio del Señor de la Esperanza en el puente del Cedrón, de la agrupación parroquial de La Milagrosa, que confirmó las buenas sensaciones que habían dejado sus figuras por separado. El único pero, quizás, el tamaño del caballo del tribuno romano, demasiado pequeño en comparación con el resto. Asimismo, también paseó por primera vez desde Ciudad Jardín una Guardia Judía que acaparó casi tantos comentarios y fotografías como el paso que la antecedía.
También hemos vivido el estreno de nuestro nuevo arzobispo, Monseñor Asenjo, que comenzó cambiando la costumbre de Amigo Vallejo de recibir al Cristo de la Corona en el Palacio Arzobispal (lo que motivó que la cofradía optase por llegar hasta la plaza de El Salvador). Después, se dejó ver en varias salidas e, incluso, aprovechó para dar un 'palito' a La Bofetá, donde recordó que las hermandades son Iglesia y, por tanto, ambas "deben ir de la mano". También tomó su alternativa Rafael Díaz Algaba, nieto de Rafael Díaz Palacios, que dirigió, por primera vez en su vida la salida del Cristo de las Almas de Los Javieres. En Montesión, debutó Manolo Vizcaya en el martillo del misterio y Paco Reguera en el del palio.
Como nuevos parecieron también los canastos del paso de la Quinta Angustia y del misterio de La Carretería, como también los de San Pablo y Torreblanca que estrenaron dorado. También parecían recién salidas del taller las tallas de la Virgen de la Estrella, la piedad de Los Servitas, la Virgen de la Concepción (El Silencio) y los ladrones de La Exaltación, tras sus respectivos trabajos de restauración. De igual modo, vivimos el cambio de sones musicales tras el misterio de San Esteban, que dejó tras muchos años a Virgen de los Reyes para procesionar con las marchas de Redención.. Del mismo modo, presenciamos el debut de una coral infantil delante del paso de La Mortaja y el regreso, por unas horas, de la agrupación musical de Jesús Despojado, con xilófonos y gaitas, tras el misterio de Molviedro.
A buen seguro que me dejo en el tintero muchísimos otros estrenos, pero no sólo vivimos llegadas, sino que también dimos alguna que otra despedida. Una de ellas segura, la del alcalde, Alfredo Sánchez Monteseirín, que aprovechó al máximo su última Semana Santa en el cargo. De hecho, desde que comenzase en la mañana del Sábado de Pasión colocándole la medalla de la ciudad a la Esperanza de Triana, no ha parado de dejarse ver ningún día en alguna cofradía. La última, El Santo Entierro, donde, curiosamente, estuvo al lado del debutante Monseñor Asenjo. De igual modo, y salvo sorpresa mayúscula, este año hemos visto por última vez el palio de la Virgen de la Merced (Pasión) en silencio.
También se intuye el adiós de Virgen de los Reyes a Los Gitanos, toda vez que desde la hermandad se sigue insistiendo en que se debe potenciar la sección musical de la misma y la agrupación de Jesús de la Salud ha vuelto a ser readmitida. Algo más lejano, aunque no descartable a tenor de los últimos acontecimientos, podría ser la marcha de La Misión del Viernes de Dolores rumbo a la nómina oficial. Parece que todavía queda trecho para ubicarla el Martes Santo, pero quien sabe si dentro de un año tendremos nazarenos claretianos por Carrera Oficial. Quizás, incluso, desfilen no por La Campana, sino por La Magdalena, adonde podría trasladarse el inicio del recorrido que va desde el palquillo a la Catedral. De momento, el Consejo ha dicho que no, pero se sabe que el proyecto está muy avanzado, que arreglaría muchos problemas de horarios y recorridos actuales, por lo que no sería descartable que donde han dicho digo terminen diciendo diego.
A lo largo de los próximos meses nos enteraremos probablemente de muchas despedidas más, así como de la llegada de los nuevos estrenos para 2011, ésos que volverán a demostrar que la Semana Santa no es igual cada año, que como cualquier cosa viva está llena de idas y venidas. Y es que muchos cuentan los años por Semanas Santas, comparando de uno a otro los que siguen y los que no están. Porque todo pasa y todo llega, aunque muchos piensen que lo mejor es que no se mueva ni un varal.
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