Detalles Semana Santa 2010 (IV): El recurso del recurso

La Semana Santa, como todo en esta vida, también trae consigo la polémica. En la mayoría de las ocasiones se hace presente en las discusiones entre cofrades y otras, las menos, en recursos al Palacio Arzobispal. Curiosamente, en la de 2010, se ha hablado, y mucho, de dos. Paradojicamente, uno ha conseguido evitar a toda costa un cambio y el otro, por el contrario, busca provocar uno. Del mismo modo, ambos tienen que ver con hermandades de ruan negro y cuyos titulares son nazarenos. En cuestión, se trata de los recursos presentados por miembros de las corporaciones de Pasión y El Silencio.

Sin duda, el más llamativo y comentado ha sido el de la cofradía de El Salvador, que por el capricho de cuatro se ha quedado sin ver al palio de la Virgen de la Merced al son de la Oliva de Salteras, tal y como aprobó el diciembre un cabildo general. Y eso que parecía que tras desecharse la segunda impugnación realizada sobre este tema, nada iba a evitar que la marcha real saludase al segundo de los pasos de la hermandad (para leer sobre ello, pulsa aquí), pero justo cuando quedaban cinco minutos para que expirase el plazo para presentar un nuevo recurso, se registraba uno que dejaba a las saetas como única banda sonora para la Virgen.

En este caso, está claro que el derecho les asiste (para leer más sobre ello, pulsa aquí), pero la lógica no, porque tras dos respuestas negativas a sus impugnaciones por falta de fundamento, ¿hacía falta una más que lo único que ha conseguido es postergar que la decisión se lleve a la práctica un año más tarde? Se ve que el revanchismo y la cabezonería pesa más que el sentimiento de hermandad, aunque esto es algo que, por suerte, tiene las patas muy cortas y más pronto que tarde, en este caso concreto, se solucionará. Ojalá que se resolviese que los 'cuatro gatos' que han hecho tanto ruido tuviesen que pagar el año de contrato perdido por la Oliva de Salteras. Seguro que sentaría un precedente que haría a posibles sucesores pensárselo más de dos y tres veces antes de firmar recursos alegremente.

En San Antonio Abad, la cosa es bien distinta. Allí, una hermana de la 'Madre y Maestra', Ana María Ruiz Copete (miembro también de la junta de gobierno de San  Esteban), fue a sacar su papeleta de sitio, pero al ser la corporación una de las tres únicas, junto a la Quinta Angustia y El Santo Entierro, que no permite mujeres en su cortejo, se quedó con las ganas y elevó una queja a Palacio para que obligue a la cofradía a modificar sus reglas conforme a las normas diocesanas. Se trata de la segunda tentativa que Ruiz Copete realiza para salir de nazarena (la anterior fue en 2001), pero es la primera que llega a oídos del Arzobispado que, por otra parte, debe pronunciarse aún sobre un caso similar en La Quinta Angustia.

Desde la hermandad, se ha guardado silencio absoluto en relación a este caso, pero se sabe, y con fundamento, que en caso de que Palacio tome parte en el asunto, lo más lógico, es que apoye el recurso, permitiendo que las mujeres puedan vestir el ruan negro de la cofradía de los nazarenos de Sevilla. Por tanto, podríamos estar ante el penúltimo paso en el largo camino hacia la integración femenina en la Semana Santa. En este sentido, lo deseable habría sido que este cambio surgiese por iniciativa de El Silencio, cosa que seguro que llegaría tarde o temprano, pero todo podría haberse precipitado por el deseo de una hermana que, en vista de que la junta de gobierno no se decidía a plantear el debate, no ha podido esperar y ha utilizado el recurso del recurso.

Es lo que ha pasado, pero en otro sentido, en Pasión, donde un recurso que ha impugnado la desestimación de dos anteriores ha provocado un año más de silencio tras la Virgen de la Merced. Y es que, en el fondo, la Semana Santa no es ajena a la vida cotidiana, que en los últimos tiempos está fuertemente marcada por las disputas legales y judiciales. Aquí, de momento, y sólo durante 2010, ya tenemos dos quejas sobre las que debe pronunciarse Palacio. Por no hablar del tema de La Bofetá. A este paso, vamos a colgar las túnicas y tener que descolgar las togas para discutir de cofradías.