viernes, 26 de noviembre de 2010

Volvemos a ser Puerto de Indias

Parece que Sevilla, poco a poco, se va convirtiendo de nuevo en Puerto de Indias. Sobre todo, en clave cofrade, puesto que hace apenas dos semanas arribó, procedente de México, la Virgen de Zapopan (recuérdalo aquí). Ahora será otra advocación procedente de ultramar la que llegue a la capital hispalense. Será dentro de unos días, este mismo fin de semana, cuando una réplica de la Virgen de Caacupé, patrona de Paraguay, sea entronizada en la parroquia de la Consolación, sede canónica de La Sed, desde la que, incluso, procesionará el próximo día 8.

Además, vendrá para quedarse para siempre, puesto que recibirá culto en el citado templo a partir de entonces, haciendo que se conozca una devoción prácticamente desconocida por estos lares pero que al otro lado del charco cuenta con unos cuatrocientos años de historia. No en vano, data del siglo XVII, cuando un indio guaraní que había sido convertido al cristianismo por los franciscanos huía de un grupo de Mbayaes (indígenas pertenecientes a una tribu enemiga) que le perseguían para matarlo por hereje. En plena persecución, la Virgen María se le apareció indicándole en su propia lengua que se escondiera tras la hierba (caaguy cupe-pe), señalándole un tronco hueco donde se refugio. Allí prometió que si se salvaba haría dos tallas en honor a la Madre de Dios: una para la iglesia del poblado y otra, más pequeña, para él mismo.

Y así lo hizo, porque terminó sano y salvo. Sin embargo, la imagen del templo desapareción, mientras que la suya quedó sumergida bajo las aguas por unas inundaciones que, tras remitir, la volvieron a sacar a flote, permitiendo que se convirtiese en el centro devocional de la zona y, con el paso de los años, de todo el país. De este modo, ahora, siglos más tarde, cruza el charco para llegar a Sevilla, donde espera echar raices en una labor de evangelización a la inversa de la que se llevó a cabo hace medio milenio en tierras suramericanas. Así, la capital hispalense vuelve a ser Puerto de Indias, gracias a que desde la otra punta del mundo nos devuelven la visita.

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