domingo, 7 de noviembre de 2010

La Reina de la calle Feria

Hace una semana, el barrio de la Feria se volcó con la salida extraordinaria de la Virgen del Rosario de Montesión, que paseó en loor de multitudes por las calles de la feligresía (recuérdalo aquí). Hoy, esa misma zona volverá a poblar las aceras buscando con la mirada otra talla mariana, pero no una cualquiera, sino la de la verdadera Reina del arrabal, esa que cada año a principios de noviembre baja de su baldaquino en Omnium Sanctorum y se mece de forma solemne pero no exenta de gracia en su paso. Nos estamos refieriendo, lógicamente, a la Reina de Todos los Santos.

Así, esta tarde, volverá a traspasar la ojiva de su templo, a cruzar su atrio y volver a pisar la calle en la que, según dicen, aunque lejos de trajes de flamenca y sevillanas tuvo sus inicios la Feria de Abril. De este modo, volverá a reencontrarse con sus vecinos, eso que la visitan cada día en su propia casa y que le servirán de improvisados cicerones por unas horas, mostrándole los últimos cambios que se han podido ver en la zona. Quizás, muchos de ellos vayan con la imagen del Rosario de la Aurora de la Divina Pastora de San Antonio fresco en la memoria, puesto que se celebrará apenas unas horas antes de que todo el protagonismo de la jornada sea para una devoción que instauró en la ciudad el mismísmo San Fernando.

De este modo, Sevilla comenzará a vivir la recta final de las Glorias, esa que se caracteriza por el clacisismo y el descenso continuado de procesiones, que comienzan a ser a cuenta gotas, sobre todo en comparación con meses como mayo o julio. Y el pistoletazo de salida se dará junto al mercado de abastos más antiguo de la ciudad, a escasos metros de la Alameda y en una calle Feria que hoy, por unas horas, será calle Real. No en vano, por ella transitará una Reina, pero no una cualquiera, sino la Reina de Todos los Santos.

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