lunes, 1 de noviembre de 2010

Principios y finales

Estrenamos el mes de noviembre con la misma advocación mariana que tuvo protagonismo durante todo octubre: la de la Virgen del Rosario. En este caso, la encargada de cerrar el ciclo será la de Santa Catalina, que de nuevo volverá a salir desde San Román por las eternas obras de su sede canónica (recuérdalo aquí). Lo hará por las calles de la feligresía y atendiendo a las órdenes de un nuevo capataz, un Carlos Morán que se hará cargo de su martillo de manera puntual (lee sobre ello aquí).

Será el último capítulo de una nueva etapa que se cumple en el calendario cofrade de la ciudad y que recorrerá uno de los puntos clave del centro neurálgico de la ciudad, ese que hace años dejó de vivir desde sus entrañas las Madrugás de Viernes Santo y que sólo recupera el pulso a ritmo de Glorias, tal y como hará hoy con una talla que se podría considerar como la 'hermana pequeña' del Carmen de Santa Catalina y que será la última que este 2010 dará calor y olor a Semana Santa por la feligresía.

Lo hará destilando clasicismo en cada chicotá, aprovechando un día de fiesta para regalar a la capital hispalense ambiente de corneta y costal, haciendo la transición de octubre a un mes de los difuntos del que ya formará parte una nueva etapa que se acaba en la espera. Porque hoy empieza un nuevo mes, pero se acaba otro ciclo, ese en el que la Madre de Dios se llama Rosario. Pero todavía queda su epílogo en torno a una ojiva y un templo mudejar. Será un nuevo regalo que San Román haga a Sevilla y el cierre por todo lo alto de una fase en el calendario en el que, de nuevo, la protagonista vuelve a ser la Virgen María.

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