domingo, 28 de noviembre de 2010

Efectos colaterales

Como era previsible, el denominado 'Efecto Gran Poder' (del que ya hablamos aquí) siguen coleando. Ya no sólo por la mampara que hace unas semanas se colocó para salvaguardar la seguridad del Señor de Sevilla (leelo aquí), sino en otras hermadades. Así, esta misma semana se ha presentado en sociedad las nuevas medidas que blindarán al Señor de Pasión de cualquier intento de agresión, para lo cual, se han utilizado prácticamente los mismos mecanismos que en la basílica de San Lorenzo.

No en vano, en su camarín, que permanecerá como hasta ahora abierto para un besapiés a perpetuidad, como en el Gran Poder, se ha instalado un circuito cerrado de cámaras que permiten registrar cualquier tipo de incidencia que ocurra. De igual modo, también se ha colocado una mampara de cristal blindado que limita absolutamente el acceso a la talla, algo para lo que tambié se han suprimido los escalones laterales que se encontraban allí, a pesar de que su función era meramente estética y decorativa.

Con todo, la junta que preside Javier Criado ha querido dejar fuera de todo peligro a la obra maestra del Dios de la Madera, Martínez Montañés, al modo en el que se ha hecho con la de su mejor discípulo, Juan de Mesa. Pero, seguramente, no será la última imagen a la que se intente salvar de cualquier vicisitud, ya que las cofradías han tomado conciencia de que las cosas han cambiado y, con ello, las medidas de seguridad necesaria para nuestros titulares. Y es que en los tiempos que vivimos, a pesar de la proliferación de hermandades nuevas, lo que nos sobran no son Cristos, sino romanos.

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