Mayo se nos pasa volando. De hecho, hoy afrontamos el inicio de su último fin de semana y, como no podía ser de otra manera, lo haremos entre bullas y pasos. Y es que así está establecido en ese libro de normas no escritas de Sevilla; de este modo lo exige la costumbre y la ciudad, obligando a que las procesiones se multipliquen casi obligatoriamente. Por ello, estamos ante una jornada que, como marca el calendario, vendrá cargadita de Cruces de Mayo. En este caso, veremos las de El Juncal, Parque Verde (Sevilla Este) y La Carretería, aunque habrá muchísimo más.
Porque también cerraremos el ciclo de María Auxiliadora como se merece. Por un lado, en La Trinidad, entre aires de basílica y Virgen Coronada. Por otro, en San Vicente, con ese clasicismo tan propio de ese barrio que está a medio camino entre San Lorenzo y el centro. De igual modo, los vecinos del Parque Alcosa se rendirán a las plantas de la Virgen de los Desamparados, mientras que en Juan XXII las Glorias resumirán toda su esencia en la pequeña figura de la Virgen de la Anunciación.
Así, como quien no quiere la cosa, iremos consumiendo las horas de este sábado tan completo como los anteriores, pero también tan diferente. No en vano, vendrá acompañado de un sabor a despedida que se nos impregnará en los labios. Y es que vendrán otros fines de semana que arranquen como este, tan llenos de procesiones y pasos; que devoraremos entre incienso, marchas y bullas, como está mandado. Llegarán muy pronto, seguro, pero ya ninguno, hasta el año que viene, podrá presumir que es de mayo.
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