domingo, 6 de mayo de 2012

Vuelta a la normalidad

Según reza una norma no escrita, en Sevilla no hay un domingo en el que no haya pasos por las calles. Y en días como hoy, en el que las Glorias por fin viven su estreno oficial, esa máxima cobra todo su sentido. Porque tendremos hasta tres procesiones. La primera de ellas, bien temprano y sin parihuela, puesto que Omnium Sanctorum abrirá el ciclo de las ecuarísticas a primera hora de la mañana. Será al modo tradicional, ese que resulta tan poco atractivo para muchos, y en el que el propio sacerdote lleva al Santísimo bajo palio. No obstante, se puede contabilizar como una salida al fin y al cabo.

Y ya por la tarde, volveremos a ver procesiones con todos sus avíos. Una desde la Catedral, la de una Santa Lucía que regresará a la parroquia de San Román con el sol como testigo tanto en el cielo como en la banda que tendrá sonando detrás. La otra, en el último barrio en tener hermandad de penitencia, San José Obrero (recuérdalo aquí), donde el titular que le da nombre a la corporación, y el más antiguo de todos, recorrerá como cada año por estas fechas la feligresía.

Mientras, relativamente cerca de este último punto, en Capuchinos, se vivirá el Rosario Vespertino de la Divina Pastora que sirve de antesala de sus cultos anuales y que, por otro lado, también como avanzadilla de lo que aún está por llegar y, de momento, tan sólo estamos comenzando a paladear. Porque las Glorias ya se están estrenando, quedando por delante un sinfín de fines de semana entre bullas y pasos. Es la vuelta a la normalidad que todos los cofrades estábamos esperando.

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