¿Hasta cuándo?

Anoche, coincidiendo casi con los primeros instantes de este primer lunes de mayo, Santa Lucía volvía de nuevo a San Román, su morada desde hace ocho años. En la lejanía, escuchando los ecos de los sones con los que la agasajaba la banda de música de El Sol, al margen del bullicio, estaba su casa de siempre, Santa Catalina, que sigue cerrada a cal y canto. Mientras, flotaba una pregunta en el ambiente, la misma que media Sevilla comenzó a hacerse a partir de junio de 2004 y que, de momento, no ha encontrado una firme respuesta: ¿hasta cuándo durará esta situación?

Cierto es que cuando finalizaron los trabajos de las cubiertas de la iglesia se deslizó que las obras podrían estar finiquitadas en 2014, aunque los hechos, desgraciadamente, comienzan a desmentirlo. Porque pasa el tiempo y la situación no cambia, sino que, incluso, se continúa complicando. No en vano, cada vez hay más grietas, no se ven avances y el desánimo campa a sus anchas entre cofrades y hermanos de La Exaltación, Santa Lucía y la Virgen del Carmen, que comienzan a desesperarse. Mientras, desde los organismos oficiales siguen dando esperanzas de que todo acabará pronto, pero el movimiento se demuestra andando y, por desgracia, en Santa Catalina, no hay avances.

Tanto es así, que se han creado movimientos ciudadanos para reclamar que se tomen medidas inmediatas, contando para ello con las redes sociales como fieles aliadas. De este modo, a través de Facebook se ha convocado una concentración frente a la puerta del templo exigiendo su restauración para el próximo viernes 18, a partir de las 20.00 horas. No será la primera y, probablemente, tampoco la última tentativa de una ciudad que ve cómo pasan los años y una de sus grandes joyas arquitectónicas se cae a pedazos sin que nadie lo remedie. Pero algo habrá que hacer, para dar un toque definitivo a quien corresponda para que se ponga manos a la obra y despeje por fin la duda: ¿Hasta cuándo vamos a tener que esperar para que vuelva a la vida Santa Catalina?