La del miércoles, además de calurosa, fue una tarde que nos deparó dos importantes noticias cofrades. Ambas estaban absolutamente previstas, aunque no por eso dejan de ser dignas de mención o reseñables. Una se gestó en San Gregorio, donde los hermanos mayores de nuestras hermandades respaldaron a Adolfo Arenas como presidente del Consejo, permitiendo así que renovase su cargo para los próximos cuatro años. De este modo, quedaba confirmado lo que ya se sabía (recuérdalo aquí), aunque con la salvedad de que el nieto de Castillo Lastrucci será mirado con lupa por parte de una oposición que rehusó presentarse, pero que continúa abogando por un cambio de rumbo.
Y lejos del centro, en Nervión, tuvo lugar una procesión singular y novedosa por estos lares: la del cuadro de la Virgen del Perpetuo Socorro de los Redentoristas (míralo aquí). Se llevó a cabo con motivo del L Aniversario del templo de la orden en la capital hispalense y deparó una estampa jamás vista en nuestra ciudad. No en vano, el icono fue llevado sobre andas, al modo de un peculiar Vía Crucis que prácticamente nadie tenía pensado ver por estos lares. Y eso que en otras provincias vecinas resultan de lo más usuales. Aunque quizás, si echásemos la vista varios siglos atrás...
En cualquier caso, esa salida llenó de incienso y su mijita de bulla (más que nada por los curiosos que no querían perderse detalle de un cortejo tan distinto a lo habitual) las calles de Nervión. Fue el contraste perfecto de lo que sucedió en clave cofrade en esa tarde-noche en la que muchos estuvieron pegados al televisor para ver las semifinales de la Eurocopa, pero que nos permitió ver a la perfección las dos vertientes sobre las que se sustenta esta fiesta. Porque mientras en el Consejo se confirmó la continuidad, los Redentoristas hicieron un alarde de originalidad que, por qué no, podría abrir una nueva vía para las procesiones hispalenses. El tiempo dirá.
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