domingo, 10 de junio de 2012

Dios se hace sevillano

Estamos ante el último día de la semana del Corpus y, por tanto, lo cerraremos como se merece, entre Custodias, bullas y barrios. Porque la mañana de hoy es de esas que esperamos con ansias durante todo el año; de las que reconcilian a la ciudad con sus tradiciones y nos recuerdan que, hasta hace relativamente poco, los arrabales eran como pequeños pueblos que emulaban, en versión reducida, lo que se hacía a lo grande en pleno corazón de la capital hispalense. Así ha sido siempre y volverá a serlo ahora.

De este modo, el Santísimo no faltará a su habitual cita con zonas tan señeras como la Magdalena, que volverá a destilar clasicismo por sus cuatro costados; Triana, en cuya procesión se estrenará el paso de San Francisco de Paula, titular de La Estrella; San Isidoro, que un año más desafiará al calor del mediodía; o San Bartolomé, donde la Sagrada Forma paseará del modo tradicional, bajo palio. Pero también se hará presente en otras más modernas como Rochelambert, Pío XII, Padre Pío-Palmete, el Tiro de Línea, Nervión y San José Obrero.

Y es que, viendo este programa, en el que faltarán horas para poder ver todo lo que saldrá por la ciudad, queda claro que el Junio Eucarístico llega a su punto más álgido, con un sinfin de procesiones que le dan sentido, que cada año, cuando el calendario llega a estas fechas, incluso van creciendo y multiplicándose. Por tanto, no cabe duda ni de dónde estamos ni a qué altura; pero ni mucho menos las debe haber tampoco de que, en días como hoy, Dios se hace sevillano.

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