Este penúltimo sábado de junio está marcado a fuego en un barrio del extrarradio hispalense, el de Torreblanca. Quizás, no se pueda hablar del día más grande de la collación, porque ese, sin duda, es el Sábado de Pasión, cuando sus calles se llenan de bullas y capirotes para acompañar al Señor Cautivo ante Pilatos y a su Virgen de los Dolores. Aunque también podría serlo ese domingo de finales de septiembre, cuando casi todos sus vecinos acuden al eucaliptal a celebrar la Romería en honor del Inmaculado Corazón de María.
Y precisamente Ella será la grandísima protagonista esta tarde, que celebrará su festividad devolviendo la visita a los suyos, en una procesión que, pese a que viene llevándose a cabo apenas unos años, se va consolidando a pasos agigantados. Quizás porque quienes más la quieren y la conocen estaban deseando que su hermandad se decidiera a hacerla. No en vano, en su parroquia jamás falta alguien que le rece y le haga compañía, pero tampoco estaba de más que Ella se decidiese a pasearse por su feligresía, evangelizando con su sola presencia todas y cada una de sus calles.
Mientras, la banda de música de Nuestra Señora del Sol regalará sus sones para ambientar la escena, haciendo que nada falte y que Torreblanca rezume ambiente cofrade por los cuatro costados. De hecho, por unas horas, será prácticamente el centro de la ciudad, al menos para todo aquel que quiera disfrutar de pasos. Por no faltar, no faltará ni río, ya que hará las veces del mismo el Canal de los Presos, ese que como Ella lleva allí casi desde siempre, del que hasta la más pequeña de las gotas de agua que lo componen se detendrá para no perderse detalle de la primera procesión de este ciclo veraniego.
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