La Gloria de la más Dolorosa

La capital hispalense cuenta ya con otra hermandad más de Gloria. O bueno, mejor dicho, con otra que ha adquirido carácter letífico, porque existir ya existía desde hace más de medio milenio, concretamente desde 1511. Se trata de La Soledad de San Lorenzo, a la que Palacio le ha reconocido tal distinción hace poco, atendiendo así a la petición que hizo la cofradía para que se le reconociera como tal tras la fusión que realizó con la de la Virgen de Roca-Amador allá por el ya lejano año de 1844.

De este modo, la última del Sábado Santo ha adquirido la tripleta de rangos, al ser desde hace años también Sacramental y de penitencia, algo que podría dejarse notar, y de qué manera, en el poder de decisión de la corporación si saliesen adelante los Estatutos del Consejo, en el que se tendría tantos votos como naturalezas tenga la cofradía. No en vano, por ejemplo, su vecina de El Gran Poder sólo tendría uno y ella, en cambio, tres. Probablemente, la reclamación de su carácter letífico haya podido tener que ver con eso.

En cualquier caso, resulta curioso que la hermandad que, según muchos, tiene a la Dolorosa más Dolorosa de Sevilla se haya convertido también en una de Gloria, aunque la culpa de todo la tenga una de las grandes desconocidas de la ciudad: la Virgen de Roca-Amador. Ojalá este cambio acelere la restauración de su retablo, devolviéndole todo el esplendor que perdió hace demasiado tiempo y que ha ayudado a mandarla a un ostracismo absolutamente inmerecido. No en vano, Ella es la artífice de un cambio que hará que nada sea igual para el broche de oro del Sábado Santo.