El mercurio lo revela y el calendario nos da la pista. La primavera comienza a tocar a su fin y el verano nos da sobradas muestras de que viene sobrado de fuerzas, apretando fuerte. De hecho, hoy lo demostrará en tres puntos de la ciudad en los que, pese a todo, olerá a incienso e, incluso, podremos disfrutar de ambiente de cofradías. Por ejemplo, en Los Príncipes, donde la Virgen del Desconsuelo saldrá en Rosario Vespertino para devolver la visita a todos sus vecinos, incluyendo a los más mayores, a los que irá a ver a la residencia de las Hijas de la Caridad.
De igual modo, tendremos pasos en dos barrios de la periferia. Uno, el de Torreblanca, donde, como mandan los cánones, se festejará la onomástica de uno de sus patrones, San Antonio de Padua, que incluso le da nombre a la sede canónica de la hermandad de Los Dolores. El otro, Heliópolis, que un año más renovará ese estrecho lazo que le une desde hace décadas a la orden del Claret y, sobre todo, al Inmaculado Corazón de María, cuya presencia paliará, aunque sólo sea en parte, ese vacío que dejó la lluvia en la zona el pasado Viernes de Dolores, cuando La Misión tuvo que quedarse en casa.
Pero hoy, el líquido elemento no amenazará con aguarnos la fiesta, aunque, por momentos, lleguemos a echarlo de menos para refrescarnos. No en vano, sólo se hará presente en unas gotas de sudor que nos avanzarán que la primavera, esa estación en la que Sevilla resucita de su letargo, ya apura sus últimos cartuchos. Tanto es así, que en esta jornada nos regalarán sus últimas procesiones, que servirán de preludio a un verano que, como no podía ser de otra manera, también vendrá cargadito de pasos. Aunque esa ya será otra historia que, por descontado, aquí se la seguiremos contando. 
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