lunes, 4 de junio de 2012

Vino para quedarse

La mañana del primer domingo del mes de junio fue tremendamente especial en la barriada de Juan XIII. Allí, en la parroquia de la Anunciación se bendijo la primera talla del Beato Juan Pablo II a la que se le rendirá culto en la capital hispalense. Se trata de una obra que ha salido del taller de Fernando Castejón y que recrea a la perfección al Santo Padre con los brazos abiertos, en actitud de bendecir a los fieles. Pero también se convierte en el mejor reconocimiento posible que la corporación letífica de la zona puede hacer a uno de los hermanos más ilustres que ha tenido a lo largo de su dilatada historia.

No en vano, el 18 de diciembre de 2001 aceptó ser miembro de la misma. Por este motivo, y pese a que ya han pasado siete años desde que nos dejase, la cofradía ha querido perpetuar 'ad eternum' la vinculación del pontífice con ella, a través de esta imagen que se venerará a partir de ahora en su sede canónica y que, incluso, ha recibido halagos por parte del arzobispo de la ciudad, Juan José Asenjo, debido a su extraordinario parecido físico con el 'Papa Viajero'.

Y no será la última talla de estas características con la que se le rendirá tributo en la ciudad a esta figura histórica. De hecho, en breve tendremos el monumento de la plaza Virgen de los Reyes (recuérdalo aquí) y veremos también bendecida la que Navarro Arteaga ha hecho para La Estrella. Así mismo, La Esperanza de Triana cuenta con un cuadro, en La Macarena aparece en los frescos del templo y, en la Anunciación, El Valle también tiene preparada otra imagen para rendirle culto. Porque, ya no cabe ni la menor duda, el primer Papa que pisó Sevilla vino para quedarse.

No hay comentarios:

Publicar un comentario