Aunque el calendario aún nos dé una semana más de margen, ya no cabe ninguna duda de que vivimos inmersos en el tiempo de los Belenes. Prácticamente no hay casa que no lo tenga montado ya, ofreciéndole un lugar preferencial en su salón. Ni tampoco asociaciones, empresas u organismos públicos, que abren sus sedes en estas fechas para recibir innumerables visitas. Por no hablar de los templos, donde hay monumentales representaciones del portal y que, en muchos casos, nos ofrecen imágenes tremendamente curiosas.
Es lo que ocurre en la capilla de San Gregorio, sede canónica de la hermandad de El Santo Entierro. Allí, el luto del paso del Duelo ha dejado su sitio a una escena diametralmente opuesta, la del Nacimiento, en la que paradójicamente participan todas las tallas secundarias que cada Sábado Santo acompañan en su paso a la Virgen de Villaviciosa. Así, todas han visto modificado su rol, hasta el punto de que José de Arimatea, Nicodemo, San Juan, María Magdalena, María Salomé y María Cleofás han dejado de serlo durante estos días para convertirse en la Virgen, San José o los pastores.
La escena, digna de contemplarse, continuará expuesta hasta que finalicen las fiestas y nos permitirán, de paso, conocer aún más de cerca las tallas que componen uno de los misterios más desconocidos de nuestra ciudad, salido de las gubias de un artista del calibre de Juan de Astorga. Además, de este modo, servirán de la mejor metáfora posible, aunque a la inversa, de lo que sienten los cofrades en estas fechas, en las que, sin dejar de saborear el presente, estamos deseando que dejen cuanto antes el pesebre para verlos ubicadas a todas como siempre, en su paso.
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