Casi sin darnos cuenta llegamos al Día de la Inmaculada, penúltima de las fechas importantes de este 2012 antes de que llegue a nuestros hogares una Navidad que ya ha mostrado mediante luces y adornos y avanzadilla. Tanto es así, que en esta mañana de fiesta viviremos un momento que el calendario no nos permitirá volver a vivir antes de que llegue su relevo, puesto que tendremos en las calles hasta tres procesiones diferentes en las que el gran denominador común será, como es lógico, tener a la Virgen como protagonista.
Una de ellas partirá desde las entrañas de la Catedral. Será la de la Inmaculada del colegio de La Salle-La Purísima, que tras presidir la Vigilia celebrada en la Seo la pasada noche regresará en loor de multitudes a Santa Marina. Casi a la misma hora, pero en Los Remedios, paseará la Inmaculada de los Padres Blancos, un clásico en las primeros compases de cada 8 de diciembre. Además, y casi de incógnito, Nervión se llenará de aires paraguayos en torno a la recoleta figura de la Virgen de Caacupé, cuya devoción no entiende de fronteras.
Con todo ello, viviremos como se merece esta jornada marcada en rojo en nuestro calendario y que, aunque no lo parezca, goza de tanta importancia en una capital hispalense que se denomina a sí misma como la 'Tierra de María Santísima'. A partir de ahí, sólo quedarán un par de retazos cofrades más por paladear antes de que los belenes tomen la voz cantante y se disfrute de las imágenes bajo techo y no con el firmamento como testigo. Pero, antes de eso, nos queda una mañana plagada de incienso y pasos, y, como buenos capillitas, estamos obligados a disfrutarlo.
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