Este 7 de diciembre no deja indiferente a nadie. Para unos, es el segundo día de descanso consecutivo de esta semana, mientras que para otros, que no pueden disfrutar del puente, se convierte en un castigo puesto a las puertas del fin de semana que sería absolutamente prescindible. En cualquier caso, para los cofrades encuadrados tanto en un grupo como en otro, el día de hoy será especial, sobre todo su recta final, en la que viviremos los preparativos de una de esas jornadas que dan a la capital hispalense su título de 'Mariana'.
Y es que mañana será el Día de la Inmaculada, algo que no pasará desapercibido sobre todo en un punto: Santa Marina. Desde allí partirá rumbo a la Catedral la Inmaculada del colegio La Salle-La Purísima, que presidirá en el templo metropolitano la Vígilia en honor a la Madre de Dios. En este sentido, cuando el cortejo entre y se instale en la Seo, muchas hermandades estarán preparando sus altares de cultos en honor a María Santísima, mientras las tunas, como es tradicional, la rondan en la plaza del Triunfo.
Será una noche de esas en las que pocos duermen, que comenzará oliendo a incienso y bullas a eso de media tarde y que terminará bien entrada la madrugada con retazos de tradición que ni el frío ni la iluminación navideña se encargarán de enmascarar. Porque así lo ha aprendido la capital hispalense a lo largo de los siglos, aunque algunos de sus nuevos habitantes lo hayan quizás pasado un poco por alto (ay si los americanos hiciesen lo mismo...). No en vano, el título de 'Mariana' que luce con orgullo no se lo ha regalado nadie, sino que se le ha ganado a pulso queriendo con locura, y demostrándolo ya sea de una manera u otra, a la Madre de Dios.
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