La primera semana completa del mes de diciembre, la que inauguraremos mañana, será tremendamente especial para dos hermandades de Sevilla. Corporaciones que durante los últimos meses han visto cómo dos de sus titulares han tenido que cambiar el altar por el taller, a fin de someterse a pequeños retoques que mejoren su estado de conservación, todo para que sus devotos y fieles puedan verlos y disfrutarlos como nuevos. Será el fin de una espera que se ha extendido durante varias hojas en el calendario y que, a buen seguro, se dará por bien empleada en cuanto se vean sus resultados.
En este sentido, donde menos tendrán que esperar para reencontrarse con su titular será en la calle Adriano, en la capilla de El Baratillo. Allí, mañana mismo, volverá al culto el Señor de la Misericordia (míralo aquí), el mismo que dejó sóla a la Virgen de la Piedad hace meses (recuérdalo aquí) y que ahora, tras recuperar toda su policromía gracias a la maestría de Juan Manuel Miñarro, quien también le ha retocado las zonas que tenía más dañadas, vuelve para orgullo y deleite de los hermanos de la que dicen es la cofradía más trianera de toda Sevilla.
Un día después, el martes, el turno será para la Virgen de la Esperanza, de La Trinidad (leelo aquí), a quien ha devuelto a sus años mozos el IAPH. Por este motivo, será recibida con una misa de acción de gracias en su casa, donde no le faltará el calor de los suyos, que acudirán en masa a verla y rezarla desde ese mismo momento. Como ocurrirá también en El Arenal en esta semana en la que empezamos a darnos cuenta de que estamos en el mes de las despedidas, aunque, curiosamente, sean los regresos lo que se conviertan en noticia.
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