domingo, 12 de enero de 2014

Acercándonos a la primavera

La Precuaresma sigue avanzando a buen ritmo. De hecho, aunque haga solo una semana de que las calles se llenaban de bullas e ilusión para recibir como se merece a la cabalgata de los Reyes Magos, las miras ya están puestas en el futuro, concretamente a una primavera a la que todavía le queda algo más de dos meses para instalarse entre nosotros. No obstante, hay liturgias que intentan llamarla antes de tiempo, a fin de que, aunque haya que seguir esperando hasta el 20 de marzo para estrenarla, sí seamos capaces de intuir que está dispuesta a venir cuanto antes.

Por ejemplo, con actos como el que tuvo lugar el pasado viernes, cuando se presentó oficialmente el cartel de las Fiestas de Primavera de 2014, que ha salido de los pinceles de Luis Miguel Fernández. Una obra que destaca por su simpleza, sabiendo sintetizar a la perfección tanto la Semana Santa como la Feria a partir de la conjunción de flores y telas. Así, el lienzo está dividido en dos, con una flor de cera, característica de los días grandes, justo por encima de un clavel, cuya presencia es más que destacable en la semana de farolillos. De igual modo, la primera de las citadas está sobre un fondo que evoca a un damasco morado, en claro guiño a cómo se engalanan los balcones durante esas jornadas. Mientras, las características lonas de rayas en las que se entremezclan el rojo o el verde con el blanco aparecen como decorado para el clavel, llevándonos, casi por arte de magia, al Real de Los Remedios.

En definitiva, una composición que, sin grandes alardes ni artificios, sabe anunciarnos lo esencial de esas fiestas que dan sentido a la ciudad cuando el termómetro empieza a hacer de las suyas y el azahar embriaga con su aroma a la vieja Híspalis. A partir de ahora, esta pintura irá ganando presencia en escaparates y establecimientos públicos, sirviendo de presagio de lo que aún está por llegar, ya que aunque muchos miren ya a Cádiz y sus Carnavales, que están a tan solo un par de semanas de arrancar, Sevilla lo hace a tres meses vista, cuando se llene de túnicas y capirotes para después dejar sitio a volantes y lunares. Un momento que cada vez se ve más a nuestro alcance, tanto por ganas como por obras que nos lo acercan.

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