Aunque desde hace años la hermandad de Las Cigarreras se siente plenamente identificada con el barrio de Los Remedios, del que lleva a gala ser parte, la corporación del Jueves Santo lleva demasiado tiempo pendiente de si su estancia en él adquiere el carácter de indefinida o, por el contrario, tendría que replantearse las cosas. De hecho, la salida de Altadis del recinto en el que se encuentra su capilla hizo que su situación adquiriese el calificativo de "provisional" allí mientras se decidía qué hacer con aquellos terrenos. Incluso hubo quienes recordaron que la cofradía tiene una capilla propia en Los Terceros, algo que, en caso extremo, podría deparar el retorno a esta iglesia (recuérdalo aquí y aquí).
Sin embargo, las negociaciones se han ido produciendo y prolongando hasta arribar a un final feliz. Así, y aunque todavía quedan detalles por pulir, el alcalde de Sevilla, Juan Ignacio Zoido, ha admitido que se está muy cerca de alcanzar un acuerdo para que la capilla pase a ser propiedad de Las Cigarreras y que, además, los terrenos adyacentes se puedan abrir para uso y disfrute del barrio. Una situación que, como no podía ser de otro modo, llena de ilusión a la actual junta de gobierno de la hermandad, que, no obstante, prefiere no vender la piel del oso antes de cazarlo.
Sea como fuere, lo que sí parece claro es que por fin se va a dar solución a un problema que llevaba demasiado tiempo vigente y que, para satisfacción de todos los vecinos de Los Remedios, traerá la tranquilidad de que, salvo hecatombe, la corporación de Las Cigarreras se quedará para siempre allí. Al menos, esa es el deseo de la hermandad, que tras muchos años intentando hacerse un hueco en Triana decidió renunciar a ello para hacer suyo su barrio, el mismo que se ha volcado con ella desde entonces y que, al fin, comienza ver cómo en el raso morado de las túnicas de su cofradía se ve la luz al final del túnel.
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