La polémica sigue siendo la gran protagonista de todo cuanto ocurre en la hermandad de Torreblanca. Justo cuando algunos comenzaban a dejar entrever que la voluntad del Consejo y el Arzobispado podría ser la de esperar a ver qué ocurría en la próxima igualá, tras la suspensión de la inicial (recuérdalo aquí), para ver si todo se arreglaba, la situación daba un nuevo giro a peor, puesto que los hermanos Gallego, recientemente nombrados capataces del misterio en sustitución de Manolo Rocha, presentaban su dimisión irrevocable, ahondando aún más si cabe en la crisis que sacude a la decana de las Vísperas.
Como solución, la junta de gobierno ha optado por designar como capataz general de la cofradía a quien lleva el martillo del palio, Miguel Ángel Castillo. Él será el encargado de dirigir la igualá que tendrá lugar mañana mismo y en la que se podrá comprobar si su condición de hombre de la casa apacigua unas aguas que bajan demasiado revueltas desde hace tiempo, hasta el punto de que hay quien ya no esconde su temor a que el próximo Sábado de Pasión pueda verse un 'numerito' a modo de protesta por las calles del barrio.
Mientras, el Consejo y el Arzobispado siguen muy de cerca todo cuanto ocurre en la corporación, sabiendo que todo apunta a que tendrán que tomar cartas en el asunto más pronto que tarde. No en vano, el esperpento que está teniendo lugar en Torreblanca no es digno de una hermandad que hasta ahora había hecho tantísimas cosas bien. Ojalá, ya sea por medio de unos o de otros, se halle una solución a toda esta polémica cuanto antes, puesto que la decana de las Vísperas debe volver a ser lo que siempre ha sido y no aquello en lo que el capricho y la cabezonería de unos pocos la han convertido.
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