Aunque el Consejo y el Arzobispado ya han avisado de que la sombra de una junta rectora planea sobre Torreblanca (recuérdalo aquí), la situación, lejos de mejorar, continúa enrareciéndose cada vez más en el seno de la decana de las Vísperas. De hecho, en la noche del pasado miércoles se vivió un nuevo episodio del desencuentro que se vive entre la cuadrilla de costaleros del misterio y la junta de gobierno a causa de la destitución de Manolo Rocha (míralo aquí). Fue durante la presentación oficial de los hermanos Gallego como nuevos capataces de la misma, coincidiendo con la igualá, que no pudo llevarse a cabo.
Y es que apenas 15 miembros de la misma accedieron a las dependencia de la corporación para participar en este acto. El resto, se quedó en la puerta, llevando a cabo una concentración que pedía la readmisión del anterior responsable del martillo del Cautivo. En este sentido, al no haber gente suficiente para igualar, los ensayos se han aplazado hasta nueva fecha, mientras que los costaleros continúan dejando bien claro que no tragan con lo que impone el hermano mayor, Luis Miguel González, algo que ya habían dejado patente con una petición expresa a Palacio para que se imponga una rectora o, en su defecto, haya un adelanto electoral.
El caso es que el esperpento continúa y no se le ve fin. Mientras, la hermandad de Torreblanca sigue en boca de todos, perdiendo el buen nombre con el que se había hecho gracias a todo el trabajo que había venido desarrollando a lo largo de todos estos años. El daño cada vez resulta más profundo y quien sabe si podría ser casi irreparable. Un auténtico desastre que no se merece una corporación que está siendo víctima de los caprichos de unos y otros, quienes miran más por personas concretas y sus intereses que por lo que verdaderamente importa. Solo queda esperar que el Consejo o el Arzobispado paren cuanto antes este sainete, porque en la plaza del Platanero siguen inmersos en un suicida "suma y sigue".
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