Desde el pasado día 5, y más allá de los Reyes Magos, en Sevilla no se habla de otra cosa que del intento de incendio que sufrió Santa Marina (recuérdalo aquí). En este sentido, y aunque, en principio, no se ha tenido que lamentar nada más que el susto, ha llegado el momento de hacer balance de los daños que pudo causar este "atentado", tal y como lo calificó el Consejo. Así, Antonio Dubé de Luque está revisando desde ayer el estado en el que se encuentran las piezas patrimoniales del templo, que se han visto afectadas por el humo y el hollín que entró y se depositó en ellas.
Así, ya se sabe que se cuenta con una semana para cuantas actuaciones sean necesarias, puesto que la iglesia no se reabrirá al culto hasta el lunes que viene. Durante este tiempo, se verá si la policromía de los titulares de la corporación ha sufrido desperfectos, realizando una limpieza inmediata de las mismas en caso de que sea necesario. Además, ya se sabe que tanto el presbiterio como el altar mayor, recientemente dorado, deberán ser saneados, algo que se hará con la inestimable supervisión del que fuese autor de la Virgen de la Aurora.
Sea como fuere, más allá de eso y de retoques en la puerta y el telón de cuero que se encuentra tras ella, se espera que no haya más que arreglar, dejando todo en un susto que debe invitar a reformular un poco la seguridad de nuestros templos y que ha resucitado a viejos fantasmas. En cualquier caso, parece que la normalidad regresará sin problemas a Santa Marina en cuestión de unos días, cuando vuelva a abrirse al culto casi como si no hubiese pasado nada. De ello se encargará Dubé de Luque, varios expertos y hermanos de La Resurrección, dispuestos a hacer borrón y cuenta nueva.
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