Junio comienza a despedirse de nosotros. El próximo martes, su hoja caerá del calendario para dejar su sitio a julio, que vendrá con aires carmelitas tal y como mandan los cánones. Pero antes de eso, todavía nos quedará por ver en las calles una Gloria más, la última del mes más eucarístico del año. Será a una decena de kilómetros del centro, casi más cerca de Alcalá de Guadaíra que de la Catedral, en pleno barrio de Torreblanca, que hoy se echará a la calle para acompañar como merece una de sus grandes devociones, el Inmaculado Corazón de María.
No en vano, hablamos de la Patrona del barrio, de la advocación que da sentido cada año a esa Romería que tiene lugar en septiembre y que, con el paso del tiempo, se ha convertido en una de las tradiciones más arraigadas de este punto de la ciudad que empezó a tener vida allá por los años cuarenta y cincuenta, cuando muchos dejaron sus pueblos y se instalaron en este enclave al Este de Sevilla. Ahora, formando parte ya de la vieja Híspalis, sigue manteniendo indelebles sus costumbres, incluida esta procesión que no hace mucho que se viene celebrando, pero que se ha consolidado como una fecha clave en el calendario de cuantos viven allí, algo que demostrarán a la perfección las calles engalanadas.
A ellos se sumarán hoy numerosos sevillanos que, ya sea en autobús o coche, limarán la distancia que separa sus casas de Torreblanca, convirtiéndose en uno más de esa bulla que acompañará a cada paso al Inmaculado Corazón de María. De hecho, casi resulta obligatorio hacerlo, ya que hablamos no solo de la única salida de la jornada de hoy y de todo el fin de semana, sino también de la que se encargará de poner el broche de oro a junio. Así pues, alicientes no faltarán para acudir a la cita y estar a su lado. Porque esta tarde será un momento clave para su barrio, pero también para todos los cofrades que no saben vivir sin ver un paso.
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