Esta semana ha sido importante en San Lorenzo. Allí, la hermandad de La Soledad ha celebrado elecciones, renovando su confianza en José Ramón Pineda, quien comparecía ante las urnas como único candidato y, por tanto, con vía libre para renovar su mandato al frente de la última del Sábado Santo. Quizás por ello, su junta de gobierno ya tenía clara cuál iba a ser una de sus primeras medidas dentro de esta nueva legislatura: la restauración de la Virgen de la Soledad, que se va a llevar a cabo coincidiendo con el verano, concretamente a partir de la segunda quincena de julio.
Porque cuando la séptima hoja del calendario llegue a su ecuador, la Virgen será retirada del culto para ser intervenida. En este sentido, los trabajos previstos no revisten demasiada importancia, ya que se tratarán de labores de conservación y mantenimiento. Su ejecutor será Juan Abad Gutiérrez, restaurador de bienes culturales y profesor de Bellas Artes en la Universidad de Sevilla que dejó un gran sabor de boca en el seno de la corporación debido a su gran trabajo para que la Virgen de Rocamador recuperase todo su esplendor hace casi dos años (recuérdalo aquí).
Por tanto, y aunque de todos es sabido que durante los meses de julio, agosto y parte de septiembre la afluencia de fieles a las iglesias baja muchísimos enteros, a quienes pasen por San Lorenzo este verano les parecerá que está más vacío que de costumbre, puesto que no estará presidiendo su capilla esa Virgen de la Soledad que para muchos sigue siendo el broche de oro de la Semana Santa y que en las próximas fechas pasará por el taller para volver a brillar como nueva. Eso es lo que desean en su junta de gobierno, igual que todos sus fieles, que a partir de ahora contarán los días que faltan para que vuelva.
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