Una procesión 'sorpresa'

Muchos dicen, no sin razón, que en Sevilla tenemos pasos en la calle durante todo el año. Incluso, hay veces en las que, casi sin esperarlo, nos topamos en el camino con alguno sin contar con ello. Esto suele pasar con las procesiones menos conocidas de la ciudad, aquellas que quizás solo están recogidas en la agenda de los hermanos de una determinada corporación o los vecinos de una collación, pasando prácticamente inadvertida a ojos del resto. Es lo que ocurrirá hoy por la feligresía de San Lorenzo, donde más de uno, sin tenerlo en sus planes, podrá disfrutar de la presencia de San Antonio de Padua, una pequeña figura que derramará por las calles olor a incienso, marchas y ambiente cofrade.

Será de la mano de la corporación de El Buen Fin, que como cada 13 de junio evocará sus orígenes franciscanos honrando al santo que da nombre a su sede canónica. Para ello, y a partir de las 19.00 horas, paseará por las calles adyacentes al templo a quien, por lo uso tan extendido de su nombre, prácticamente se le podría denominar como 'Patrón de Media España'. Sin embargo, y siguiendo los preceptos básicos de la orden a la que pertenece y representa, no saldrá buscando protagonismo y flashes, pese a que los encontrará entre sorprendidos viandantes que se pararán a verlo al cruzarse con Él, sino, simplemente, para cumplir con lo que manda la tradición y volver a decir a sus vecinos que sigue a su lado.

De hecho, es consciente de que dentro de unos días su homónimo de Torreblanca saldrá en loor de multitudes y con mayor boato. Una procesión mucho más esperada por la ciudad, dada la importancia de esa advocación en ese punto concreto de la capital hispalense, y que precisamente por ello pierde parte de la magia de la que hoy pone en la calle El Buen Fin, con un sabor clásico digno de mención y la capacidad de dar una alegría inesperada a quien simplemente se disponga a dar un paseo por el barrio de San Lorenzo. Y es que hablamos de un San Antonio de Padua que no es de Gloria ni de penitencia, sino, simplemente, una bellísima procesión que podría denominar como 'sorpresa'.