jueves, 17 de junio de 2010

Los renglones torcidos de la historia

Se sabía que la decisión de los hermanos de La Esperanza de Triana de no dejar participar al Señor de las Tres Caídas en el Vía Crucis del año que viene en Madrid iba a traer cola. Lo que no imaginábamos es que iba a provocar que Monseñor Asenjo atacara de manera deliberada contra ella, acusando de "falta de eclesialidad" a quienes votaron que 'No' en el cabildo extraordinario del pasado viernes, fecha que, según sus palabras "no será recordada como la más brillante de la historia de la cofradía".

Curiosamente, y a pesar de tales afirmaciones, el arzobispo dijo hablar "sin acritud ni resentimiento" y manifestó en varias ocasiones que lamentaba que Sevilla no vaya a estar representada en este acto que, como recordó, se efectuará "con motivo de una visita del Papa". Y, sin duda, en esto último no mentía, sobre todo porque sus declaraciones se ajustan a la típica pataleta de un niño en el recreo cuando le cuelan un gol por toda la escuadra. Sí, porque ante la visita de Benedicto XVI, Monseñor Asenjo ha sido el único prelado de las diocesis más importantes de España que ha sido incapaz de convencer a una hermandad para que participe en el Vía Crucis del próximo verano y eso, mal que le pese, le ha escocido y mucho.

Sobre todo porque sabe que quedará mal ante el Papa y el presidente de la Conferencia Episcopal, Rouco Varela,  ya que los hermanos de La Esperanza de Triana no han entrado en el juego de un espectáculo de magnificencia y suntuosidad innecesario y que, con la que está cayendo, tendría un elevadísimo coste para, simplemente, "dar testimonio de fe". En este sentido, y ya que hablamos de falta de eclesialidad, ¿no defendía la Iglesia que Dios se encuentra en todo lugar?, ¿es, por tanto, necesario movilizar a quince pasos y miles de personas a la capital de España para pasear unos minutos por la calle para evangelizar? ¿qué pasa con la figura del Papa o las Escrituras? ¿no sirven también para ello?

Pero, claro, si Rouco Varela no le presenta el catálogo de enseres y obras de arte que tenemos en España para rememorar la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo no gana puntos ante Benedicto XVI y, por qué no decirlo, como hipotético sucesor suyo. Que curioso es que se hable de falta de religiosidad cuando una hermandad ha optado por no ir a jugar a los pasitos a Madrid. Pero claro, Málaga, Valladolid, Jerez y otras diócesis sí van a tener representación y Sevilla no, y eso escuece.

Es cierto que las hermandades, como dijo el propio Asenjo, "son parte de la Iglesia", pero en contra de lo que el piensa "no pierden su sentido lejos de ésta", es más, aquí en Sevilla son las que dan sentido a la Iglesia, con su presencia pública y labor social, dando testimonio de fe más allá de su salida procesional en Semana Santa, ayudando a quienes más lo necesitan. ¿Acaso conoce lo que hace cada cofradía por sus vecinos más pobres, por sus barrios? ¿No es un acto mayor de caridad cristiana el de apoyar a niños con problemas, como hace La Esperanza de Triana todo el año, que el de pasearse por Madrid a la vista del Papa?

No lo niegue señor arzobispo, lo que le molesta es que una cofradía de Sevilla haya sido capaz de ser mucho más madura que la curia, de saber dónde está su sitio y actuar en consecuencia. Dice que no quiere ser un "cacique", pero habla con la rabia de uno al que le ha salido el tiro por la culata. ¿Le daría igual que se perdiesen fondos para la ayuda social de la hermandad con tal de participar en el Vía Crucis? ¿Acaso no está siempre el Señor de las Tres Caídas en su capilla para que el Papa o quien quiera venga a verlo cuando desee? ¿Qué mayor  muestra de fervor religioso puede dar Triana que durante una Madrugá de Viernes Santo? ¿Por qué no invita al Santo Padre a venir entonces?

Definitivamente, no se ha enterado de dónde ha aterrizado usted, de que las cosas no funcionan en Sevilla como lo pueden hacer en Castilla o de Despeñaperros para arriba. Si antes muchos pensaban que, tras la impecable labor de Amigo Vallejo, el cargo le venía grande, ahora, ni le cuento. Desengañese, las cofradías no atienden al "ordena y mando" al que acostumbra la Iglesia, sino que, gracias a Dios, son mucho más democráticas y modernas que ésta. Váyase acostumbrando, porque aquí la religión no se basa en las beatas de comunión diaria, ni se queda en los púlpitos y templos, sino que se vive en las casas de hermandad y no pertenece a los sacerdotes, sino al propio pueblo. Y no se preocupe, que con sus declaraciones, tampoco ha escrito usted, de momento, ninguna página brillante en la historia.

1 comentario:

  1. No se puede decir más ni mejor dicho. Déjese de sermones... "jugar a los pasitos en Madrid" no procede.

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