martes, 25 de enero de 2011

Entre lirios y anuncios

Poco a poco, nos vamos acercando a ese 17 de abril que esperamos desde hace casi un año como agua de mayo. Los cultos ya nos empiezan a anunciar que Sevilla empieza, aunque tímidamente a despertar de su letargo, mientras que al calendario de este 2011 ya está a punto de caérsele la primera hoja del año. Todo marcha con un rumbo fijo, el mismo que cada año tenemos grabado a fuego en nuestros planes, destacando por méritos propios del resto de domingos, ese que es natural de la capital hispalense y se apellida De Ramos.

Por eso, en pleno invierno, la ciudad vive una peculiar primavera, en la que entre la lluvia y el frío comienzan a florecer los anuncios de la Semana Santa, como el del Pregón Universitario que dentro de un par de meses dará Antonio Gila Bohórquez, y que ha salido de los pinceles de Antonio Gamero. Una obra que, pese a su simpleza, recoge toda la esencia de los días grandes, en los que el mal tiempo se retira, llenando la ciudad de color y olor a la par que sus calles se llenan de pasos. Así, la imagen elegida por el autor es la de un lirio del que, entremezclado con él, sale la cabeza del Señor de la Buena Muerte, de Los Estudiantes.

De este modo, con unos leves trazos, y dejando a un lado los cánones clásicos, Gamero ha hecho un cartel en el que anuncia a Sevilla no sólo el Pregón, sino la propia primavera, esa que muchos no entendemos sin túnicas y capirotes por las calles, y en la que la Semana Santa se convierte en el mejor de sus sinónimos. Porque los mejores jardines pasean sobre canastillas que actúan a modo de relicarios, sirviendo de base para que se revivan escenas en las que el arte y la religiosidad se dan la mano, haciendo ver que el invierno ya se ha ido, que ya ha pasado. Quizás por eso este cartel sea así y cumpla a la perfección su función, la de no sólo anunciar un Pregón, sino también aquello que es más importante aún y que todavía está por llegar.

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