lunes, 10 de enero de 2011

Un cásting para encontrar muñidor

El próximo Viernes Santo, la hermandad de La Mortaja vivirá un peculiar estreno. Será justo al poner su cruz de guía en la calle, puesto que su tradicional muñidor, Juan Francisco Guillén, ha colgado las esquilas para siempre, ya que desde hace escasas fechas se ha convertido en el hermano mayor de la corporación. Por ello, la cofradía se encuentra haciendo un peculiar cásting para buscarle sustituto, intentando encontrar al heredero de sus campanillas tras 25 años.

Y lo cierto es que no se trata de una cuestión baladí, puesto que estamos hablando de una auténtica seña de identidad para la hermandad, que es la única de la ciudad que abre su cortejo con esta figura propia de los funerales de los siglos XVI y XVII, y a la que muchísimos reconocen por ello. Así, se está trabajando a conciencia para elegir al más indicado, a aquel que pueda aceptar tal responsabilidad y estar a la altura sin problemas. De este modo, las cosas en Bustos Tavera se están haciendo sin prisa, pero sin pausa, a fin de que el próximo Viernes Santo todo parezca igual aún siendo distinto.

Para ello, el principal supervisor del proceso está siendo el propio Guillén, que no quiere dejar cabos sueltos, hasta el punto de que no ha querido siquiera ceder las esquilas a su propio hijo hasta comprobar que es el mejor preparado para ello. Porque, aunque muchos crean que es una 'frikada', estamos hablando de un elemento más de la liturgia que cada Semana Santa se escenifica por las calles de Sevilla, llevada a cabo, además por una corporación de las más serias y clásicas de la ciudad. Por ello, esas campanitas no pueden caer en manos de cualquiera, algo que saben a la perfección en La Mortaja. Sobre todo, porque en caso de equivocación, el Viernes Santo ya no sonaría igual.

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