domingo, 16 de enero de 2011

Un Papa camino de los altares

Se veía venir, aunque quizás no tan pronto. Pero lo cierto es que en apenas seis años Juan Pablo II ha pasado de ser el Papa del pueblo para llegar a los altares. Lo hará el próximo 1 de mayo, cuando será declarado beato tras considerarse que la monja francesa Marie Simon Pierre venció el parkinson que padecía desde 2001 tras encomendarse al pontífice apenas dos meses después de su fallecimiento, el 4 de abril de 2005. De este modo, el hombre que acercó el Vaticano a todo el mundo será parte fundamental de la iglesia para siempre.

Por ello, en breve, sus restos mortales abandonarán la cripta en la que están enterrados para pasar a la capilla de Santa Cristina, en plena basílica de San Pedro, a fin de que esté en consonancia con su nueva con su nueva condición eclesiástica, que podría tener un ascenso si hubiese un nuevo milagro que tuviese lugar por su intercesión. Hasta que eso ocurra pasará de 'Venerable', catalogación que obtuvo tanto por su labor durante el pontificado como por las muestras de afecto que se vivieron durante sus funerales, a beato.

De este modo, aquel sacerdote polaco que a finales de los setenta sorprendió a propios y extraños convirtiéndose en el primer Papa llegado de Europa del Este y que no quiso que su labor pastoral se quedara en sermones realizados sin moverse de casa, continuará haciendo cristiandad como el Cid, después de muerto. Aunque, para muchos, nunca se fue del todo, ya que para siempre quedó su carisma y también, su ejemplo, ese que tanto pesa a su sucesor, Benedicto XVI, y que hace que se le eche tantísimo de menos.

No hay comentarios:

Publicar un comentario