miércoles, 27 de abril de 2011

Detalles Semana Santa 2011 (II): Gafes de ayer y hoy

Nada, que no hay manera. Hay cosas en la Semana Santa de Sevilla que muchos llevamos esperando años para ver hechas realidad, pero que, por unas circunstancias o por otras, se demoran más de lo inicialmente deseado. Es lo que le ha pasado a dos de los principales estrenos previstos para este 2011, que no hemos podido disfrutar a causa de la lluvia. El más importante de ellos ha sido la normalización de las mujeres en todos los cortejos procesionales, toda vez que Asenjo decretó que La Quinta Angustia, El Silencio y El Santo Entierro incluyesen la presencia femenina entre sus nazarenos. Pero, como la felicidad completa no existe, ninguna de las tres pudo realizar estación de penitencia, con lo que será en 2012 cuando se produzca realmente esta novedad que debería haber tenido lugar hace mucho, muchísimo tiempo.

Algo parecido pasa con el acompañamiento musical de la Virgen de la Merced de Pasión, que por segundo año consecutivo ha dejado a la Oliva de Salteras sin la posibilidad de estrenarse tras su palio. Así, si en 2010 fue la cabezonería de un pequeño grupo de hermanos que impugnaron hasta en dos ocasiones la decisión aprobada por el cabildo general de la hermandad, en esta ocasión fueron los chubascos los que impidieron la salida de la cofradía y, por tanto, que disfrutásemos de algo que perdimos hace casi un siglo y que los elementos se resisten a dejar que recuperemos. En cualquier caso, habrá que esperar a que, como dice el refrán, a la tercera vaya la vencida.

Y para que no falte de nada, a estos dos gafes medianamente asentados en nuestra Semana Santa, se une uno nuevo, que bien podríamos denominar como 'La Maldición de San Buenaventura'. No en vano, la lluvia dejó sin Vía Crucis sobre un paso al Señor de la Salvación, al que después los franciscanos también vetaron en Semana Santa, deshaciendo los sueños de buena parte de los hermanos de La Soledad que, para más inri, tuvieron que quedarse en casa el Viernes Santo porque el líquido elemento hizo acto de presencia. Quien sabe, a lo mejor este malfario tenga ya fecha de caducidad, puesto que la corporación se está planteando muy seriamente abandonar Carlos Cañal y buscar una nueva sede. De hacerlo, probablemente, no sólo este, sino tampoco los otros dos anteriores, no volverán a repetirse dentro de menos de un año.

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