jueves, 14 de abril de 2011

Pronósticos y vaticinios

A poco más de 24 horas para ver los primeros nazarenos del año, y como es tradicional por estas fechas, seguimos pendientes de una meteorología que, de momento, mantiene más dudas que certezas. Sobre todo porque aunque ya hay pronósticos para toda la Semana Santa, prácticamente ninguno puede darse como definitivo, ya que los rigores de la primavera hacen que la cosa pueda cambiar prácticamente de manera radical en cuestión de horas. No obstante, los primeros días grandes parece que la lluvia no nos va a visitar.

Al menos, así lo confirman los modelos que tenemos para el Viernes de Dolores, el Sábado de Pasión, el Domingo de Ramos e, incluso, el Lunes Santo, donde no se descarta una leve aparición de chubascos hacia el mediodía. Sin embargo, la cosa se complica el Martes Santo, que amanecerá metido en agua y que irá mejorando con el paso de las horas, llegando a normalizarse la situación según transcurra la tarde. Por tanto, los mayores problemas se los encontraría la hermandad más madrugadora del día, El Cerro, que podría ver comprometidas sus posibilidades de salir.

Afortunadamente, y a tenor de los pronósticos actuales, el sol volverá a acompañarnos el Miércoles Santo, aunque podría coger vacaciones en la mañana del Jueves Santo, para la que se espera una lluvia que remitiría a primera hora de la tarde, permitiendo disfrutar de una Madugá sin riesgos hasta sus horas finales, ya el Viernes Santo, que, en cualquier caso, quedaría inmaculado de chubascos por la tarde. Esta situación de bonanza se mantendrá el Sábado Santo, aunque no el Domingo de Resurrección, que vendrá marcado por la inestabilidad y que, como consecuencia de ello, podría dejarnos sin el epílogo de los días grandes en Santa Marina.

En cualquier caso, no hay que olvidar que, pese a que estos vaticinios son los que tenemos entre manos a estas alturas, todo podría cambiar en los próximos días, por lo que hay que tomarlos con reservas y esperar acontecimientos. En caso de confirmarse, lo cierto es que, salvo en contadas excepciones, nos permitirían vivir casi al completo una Semana Santa que llevamos esperando demasiado tiempo. Ojalá la única variación que registren las previsiones de aquí al día 24 sean la eliminación del casi por un nuevo pleno. Que así sea.

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