miércoles, 6 de abril de 2011

A Dios rogando y al cielo mirando

No falla. Siempre que se acerca la Semana Santa, prácticamente no hay cofrade que no mire al cielo ni a los pronósticos meteorológicos para adivinar qué tiempo va a hacer durante los días grandes. En este sentido, y ya desde hace unos meses, contamos con la avanzadilla de las cabañuelas que, desgraciadamente, no son demasiado halagüeñas. Tanto es así, que muchas coinciden en que el dicho de "en abril aguas mil" terminará haciéndose realidad, puesto que anuncian un pleno de chubascos, muchos de ellos tormentosos, para prácticamente todas las jornadas.

Sin embargo, la ciencia comienza a darnos razones para mantener la ilusión y la esperanza de que esto no ocurra. Al menos, así lo hacen los primeros modelos meteorológicos para Viernes de Dolores, Sábado de Pasión, Domingo de Ramos y Lunes Santo, en los que no se descarta la presencia de nubes pero sí, y de manera absoluta, la del líquido elemento. Es más, atendiendo a esos pronósticos se podría anunciar que no habrá lluvia, al menos, hasta el Martes Santo, si bien es cierto que, según se avanza en el calendario, la fiabilidad es cada vez menor. No obstante, algo es algo.

Por ello, y como pasa cada año, habrá que seguir esperando acontecimientos, con un ojo puesto en los últimos preparativos y otro en el cielo; deseando que podamos desafiar al refranero y echarnos a las calles para ver pasos con un equipo completo que no incluya ni paraguas ni chubasquero. Tiempo hay como para reclamárselo al que manda ahí arriba, el mismo que queremos ver pasear por aquí abajo sin más lágrimas que las propias de la emoción y las que resbalan por las mejillas de su Madre. Aunque eso sólo ocurrirá si Él quiere. Ojalá esté por la labor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario