viernes, 29 de abril de 2011

Detalles Semana Santa 2011 (IV): Benditas Vísperas

Según los puristas, la Semana Santa comienza en Sevilla el Domingo de Ramos, cuando sale la cruz de guía de la hermandad de La Paz. Sin embargo, y en honor a la verdad, había que retocar esa definición, puesto que en los barrios empieza 48 horas antes, en un Viernes de Dolores que, como el Sábado de Pasión, han ayudado a que muchos pudiésemos disfrutar de los días grandes más de lo que indicaba el uso de un programa de mano que llegó al Domingo de Resurrección casi sin haberlo estrenado.

Y es que al margen del Domingo de Ramos, tan sólo durante esas dos jornadas pudimos disfrutar en plenitud y sin mirar al cielo de pasos, túnicas y capirotes, del más puro sabor a barrio y casi del más puro sabor a cofradías, con corporaciones que en comparación con el resto se hacen gigantes en sus feligresías y capaces de ponernos los vellos de punta tanto o más que las de la nómina oficial. Así ocurrió el Padre Pío-Palmete, Pino Montano, Heliópolis, Bellavista, Triana, el Sagrario, Alcosa y Torreblanca, donde la mejor Catedral fue la formada por todos y cada uno de sus vecinos, junto a los que pudimos quitarle el precinto a una Semana Santa que cuando tenía que hacerse notar de veras, no lo hizo.

Pero las Vísperas son diferentes, ya que son capaces de traernos los días grandes incluso sin necesidad de nazarenos, como en Pío XII, San Pablo o Ciudad Jardín, donde queda claro que el futuro de esta fiesta se encuentra asegurado, puesto que no dejan de surgir corporaciones que renuevan y mantienen viva la llama que prendió en esta ciudad hace siglos y que en los últimos años ha dado lugar a la llegada de El Carmen, San Pablo y El Sol a la nómina oficial, algo que podría tener su continuidad dentro de poco con alguna que otra más.

Porque si no llega a ser por esos dos días, esta Semana Santa habría tenido sabor a despedida casi desde su inicio, puesto que sólo el Domingo de Ramos y el Miércoles Santo fueron completos; no habríamos podido paladear del todo el final de la espera más larga que hemos vivido consciente de que aún no habíamos estrenado siquiera lo que estaba por venir. Y habrá quien diga que sólo es jugar a los pasitos, que sin Carrera Oficial nada es digno de tener en cuenta. Que digan lo que quieran. Pero si ellos tuvieran razón, la Semana Santa de 2011 no habría tenido siquiera un retazo de primavera.

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