Dicen que la paciencia es la madre de la ciencia, pero incluso en el mundo de las cofradías, tan vinculado a lo religioso y la fe, se hace necesario tirar de ella. Un ejemplo muy claro se encuentra en San José Obrero, donde llevan muchísimo tiempo esperando una resolución que permita que la feligresía pueda llenarse de nazarenos de túnicas blancas y antifaces azules en las Vísperas. En concreto, ya son casi siete años los que han transcurrido desde que las ilusiones de la corporación, aún de Gloria, fuesen recogidas en un borrador que llegó a Palacio en julio de 2004 y que, hasta el momento, no ha tenido respuesta.
De hecho, ni Amigo, primero, ni Asenjo, después, han sancionado favorablemente el proyecto de reglas como hermandad de penitencia de esta cofradía, a pesar de que ésta está llevando a cabo las cosas con una mesura digna de mención. No en vano, y pese a tener sede canónica estable y titulares tanto cristífero (el Señor de la Caridad) como mariano (la Virgen de los Dolores), ha descartado su salida procesional en las jornadas previas a la Semana Santa hasta que el Arzobispado no le permita llevar nazarenos. Quizás esa postura de hacer las cosas sin prisa que a otras corporaciones les ha valido tanto, a San José Obrero se le haya podido volver en contra, haciéndola prácticamente invisible a ojos de la curia hispalense.
Tanto es así, que hay muchos que sólo relacionan esta parroquia con la procesión de Gloria que cada año es una de las encargadas de abrir el ciclo en la ciudad. Y sólo unos pocos caen en la cuenta de las aspiraciones penitenciales de la misma en verano, cuando la Virgen de los Dolores sale bajo palio. Mientras, toca seguir esperando, quizás padeciendo en carne propia los errores que se cometieron con acelerones que beneficiaron a otras como Valme (recuérdalo aquí) y que tantos quebraderos de cabeza produjeron en Palacio. Con este panorama, sólo queda armarse de paciencia y tener esperanza de que tanto esfuerzo se vea recompensado. Aunque, con Asenjo por aquí, la cosa parece que va para largo.
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