sábado, 25 de junio de 2011

¿Y ahora qué, Asenjo?

El Vía Crucis más polémico de los últimos tiempos, el que tendrá lugar el próximo mes de agosto en Madrid con motivo de la Jornada Mundial de la Juventud, sigue dando qué hablar. Incluso cuando parecía que con la presencia de la Virgen de Regla de Los Panaderos en el acto ya estaba todo resuelto (recuérdalo aquí). Pero la cosa se ha complicado sobremanera en los últimos tiempos, hasta el punto de que la presencia de la Reina de la calle Orfila en la capital de España corre un serio peligro, ya que de los 60.000 euros que necesita la corporación para ello, todavía quedan por recaudar 15.000, es decir, un 25 por ciento del total.

Y lo cierto es que la cosa no tiene muchos visos de solucionarse, puesto que ninguna de las ayudas externas con las que esperaba contar la cofradía parece estar dispuesta a desembolsar esa cantidad, por lo que la hermandad piensa pedírsela al Consejo, que, de momento, ha optado por guardar silencio. Curiosamente, ha hecho lo mismo el Arzobispado, principal artífice de este proyecto y que no dudó en acusar a la Esperanza de Triana de "falta de eclesialidad" cuando se negó a ir a la capital de España (míralo aquí). ¿No sería el momento más adecuado para predicar desde Palacio con el ejemplo y echar una mano?

Pero claro, como desde el principio se dejó a Los Panaderos que se buscara la vida, a pesar de que fuese la curia y no la propia corporación la mayor beneficiada de todo, ¿para qué cambiar ahora? Por eso, que sean en San Gregorio donde tengan que arrimar el hombro para solucionar el entuerto, incluso a costa de que esto pueda ir en contra de los intereses de otras hermandades. Perfecto, en la línea de la lamentable gestión que se ha venido haciendo de este tema, producto de la cabezonería de Asenjo, las influencias de Soria y la cadena de favores existente entre Palacio y la calle Orfila. Porque de nada ha servido que la pésima situación económica hiciese prever que pudiese ocurrir que no se pudiesen lograr los fondos necesarios, había que ir sí o sí, costase lo que costase.

Y al final, si desde el Consejo no se pone algo de cordura, se irá, pero gracias a la cartera de otro estamento, porque claro, hay que actuar "con austeridad, pensando en los que nada tienen". Así, qué mejor que esperar a que pongan el granito de arena que falta para gastar diez millones de las antiguas pesetas para acudir al 'pasódromo' madrileño, ése que se supone que se va a hacer ante la visita de un Papa que, incluso, podría llegar a la capital al día siguiente. Y mientras, casi cinco millones de parados y miles de hogares viviendo con lo justo.

Pero claro, eso no es falta de eclesialidad, sino actuar como un buen cristiano. Total y absolutamente lamentable, como todo lo que ha venido sucediendo en relación a este tema desde el principio. Aquí sólo importa el fin y dan igual los medios. Con que se pueda hacer feliz a Rouco Varela y quede bien delante de la curia vaticana es suficiente. Da igual que se haga el ridículo y se nade a contracorriente, poniendo en bandeja las críticas a aquellos que sólo ven ostentación en las cofradías. El tiempo se ha encargado de dar y quitar razones, resultando a todas luces negativo el balance que se ha cosechado en la plaza Virgen de los Reyes. Queda claro que la iglesia prefiere seguir jugando en un momento en el que las cosas están de lo más serio. Hemos perdido completamente el rumbo ¿Y ahora qué, Asenjo?

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