Es un clásico. Aprovechando que las vacaciones de verano reducen el número de visitantes a las iglesias y, por ende, la rutina de la mayoría de hermandades va perdiendo intensidad hasta, prácticamente, paralizarse, no son pocas las que deciden realizar obras en sus respectivas sedes canónicas. Es el caso de La Trinidad, que ha cerrado al culto su capilla en a basílica de María Auxiliadora, para reformar la techumbre, incluso la de la sacristía, y el camarín de la Virgen de la Esperanza. Por este motivo, todos los titulares de la corporación del Sábado Santo fueron trasladados de manera privada el pasado lunes a la capilla del Sagrado Corazón, junto a la sacramental.
Se trata de las consecuencias de unos trabajos que sanearán las zonas afectadas de desperfectos causados por las humedades, ya que se han producido algunas filtraciones que no han podido ser tratadas hasta ahora por estar ubicadas en zonas de difícil acceso. Por este motivo, la cofradía ha decidido iniciar las actuaciones ahora, esperando que, de no surgir ningún tipo de complicación, todo vuelva a estar terminado para el mes de septiembre, cuando se reinicien los cultos.
Entonces, las cosas volverán a la normalidad, probablemente sin que muchos hubiesen notado que esta se hubiese perdido en algún momento. Son las cosas que tiene el verano, en el que todo cambia su ritmo y las cosas pasan mucho más desapercibidas, incluso en un mundo lleno de 'jartibles' como el de las cofradías. Por eso, escogen esta estación como la ideal para llevar a cabo obras y reformas. Tanto es así, que seguro que La Trinidad no es la única que lo hace en los próximos meses. Sólo queda esperar para saber cuál puede ser la siguiente.
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