miércoles, 5 de octubre de 2011

Cuando la Macarena dejó su barrio...

Ayer se cumplieron tres cuartos de siglo de un momento que bien pudo estar a punto de cambiar la historia de nuestra Semana Santa. Tras la quema de iglesias motivadas por el golpe de estado del 18 de julio de 1.936 la hermandad de La Macarena se vio obligada la calcinada parroquia de San Gil para trasladarse a la iglesia de la Anunciación, por aquel entonces capilla de la Universidad de Sevilla, en lo que constituyó un hecho sin precedentes en la corporación de la Madrugá, que desde sus orígenes allá por 1.595 en el convento de San Basilio jamás había salido desde otro sitio que no fuese su barrio.

Por este motivo, la junta de gobierno de la cofradía hizo todo lo posible por paliar los efectos de la distancia. Primero lo intentó con un recorrido maratoniano en 1.937 en el que después de pasar por Carrera Oficial llegaba al Hospital de las Cinco Llagas y de ahí de nuevo a la Anunciación. Sin embargo, al año siguiente se tuvo que partir en dos jornadas ese itinerario, llegando al arrabal macareno en la mañana del Viernes Santo y regresando a la capilla universitaria el Domingo de Resurrección en una procesión gloriosa. Así ocurrió hasta que en 1.942 la corporación pudo regresar a San Gil, dejando atrás un periodo de cinco años durante los cuales se forjó una estrechísima relación con Los Estudiantes.

Ahora, cuando se cumplen tres cuartos de siglo del inicio de aquel periodo muchísimas cosas han cambiado. La Macarena cambió San Gil por la basílica en 1.949, mientras que Los Estudiantes se marcharon al Rectorado, anterior Fábrica de Tabacos, en 1.966, dejando su sitio a El Valle. Pero el recuerdo de aquel momento sigue intacto, como quedó claro ayer en la apertura del curso en la cofradía universitaria. Al igual que ocurrirá el sábado, cuando en la Anunciación se haga una misa especial para recordar la efeméride. Y es que es impensable pensar en la Macarena saliendo de otro sitio que no sea su barrio. Pero sí que ocurrió, hace justo 75 años

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